Muchas veces no entendemos o no disfrutamos grandes obras por no tener la suficiente información. Esto es algo que ocurre especialmente en la música contemporánea, donde cada compositor tiene su propia concepción de la música y no encontramos grandes movimientos estilísticos en que agruparlos, sino una miríada de estilos distintos, a menudo representados por una única persona.
Pero esta información supletoria no necesita ser un tratado sobre, por ejemplo, los modelos matemáticos que dan lugar a una obra fractal. A veces basta con unas pinceladas de la vida o las circunstancias de los compositores para que podamos ponernos en su piel. Quizás podamos vivir con más intensidad la Sinfonía nº 7 “Leningrado” de Dimitri Shostakovich si descubrimos que la escribió mientras a su alrededor caían las bombas de los nazis.
Aunque la música suele considerarse un arte abstracto, esto no implica que no haya significados explícitos o implícitos. Los mayores ejemplos de significados explícitos serían las obras escénicas (óperas, cantatas, música incidental) y la música programática (aquella en la que los propios compositores añaden un texto indicativo). En cuanto a los significados ocultos podemos encontrar desde poemas inspiradores hasta amoríos que están siempre presentes en el pensamiento de quien compone.

La cosa puede complicarse, porque a veces los significados explícitos son fachadas que esconden mensajes ocultos. Shostakovich vuelve a ser un buen ejemplo de este aspecto, cómo escribía música que pudiera complacer al régimen bajo la que ocultaba el terror que Stalin y sus camaradas le infundían.
Puede que incluso percibamos un significado que no fuera planteado por el compositor. Es el caso de las películas Fantasía (1940) y Fantasía 2000 (1999) de Disney, que crean sus propias historias sobre obras existentes. Porque seguramente Ottorino Respighi no pensara en ballenas cuando escribió Pinos de Roma.
Con nuestras notas al programa simplemente queremos daros una contextualización de algunas obras, pero también anécdotas y curiosidades. Queremos contar historias. Y cómo no, compartir nuestra percepción de la música para que todas podamos disfrutar de estas maravillosas obras.
