El compositor Pekka Juhani Hannikainen fue el iniciador de una importante dinastía de músicos finlandeses. Las distintas ramas de esta familia incluyen a numerosos autores e intérpretes ligados a diversos instrumentos que han portado el apellido Hannikainen desde el siglo XIX hasta la actualidad. Ann-Elise Hannikainen (1946-2012) perteneció a este distinguido linaje. Aunque era bisnieta de Pekka Juhani, su abuelo y su padre no se habían dedicado a la música. Pese a estas dos generaciones de distancia, la atracción familiar de Hannikainen por la música se manifestó cuando la compositora era muy joven.
Esta vocación temprana tuvo que lidiar con un obstáculo: el padre de Hannikainen era un diplomático que viajaba por todo el mundo junto a su familia, por lo que la niña no comenzó una educación formal y reglada hasta 1963, cuando empezó a estudiar en la Academia Moderna de Piano de Lima. Tras cuatro años de formación en Perú, Hannikainen regresó a Finlandia. Pese a ser su país de origen, la compositora solo había vivido en él apenas tres años hasta entonces. Allí ingresó en la Academia Sibelius, donde estudió piano y composición. Si bien las lecciones de instrumento fueron enormemente productivas, Hannikainen no pensaba lo mismo de las clases de composición, que afirmaba que eran simplemente un repaso de lo que ya aprendiera en Perú. En Lima Hannikainen había estudiado con un músico alemán expatriado, Rodolfo Holzmann. Gracias a él se familiarizó con el dodecafonismo, corriente que permeó en sus primeras obras.
Hannikainen aspiraba a convertirse en pianista de concierto, teniendo la composición como una disciplina secundaria. Sin embargo, este objetivo se vio truncado por la artritis reumatoide que empezó a sufrir, enfermedad que echó por tierra la prometedora carrera que estaba comenzando. Este vuelco en su vida coincidió con el nombramiento de su padre como embajador de Finlandia en España. La compositora decidió acompañarle para distanciarse del dolor y la frustración.
En tierra de nadie
En Madrid, Hannikainen se convirtió en discípula de Ernesto Halffter. El compositor, ya consagrado, afirmaba que quería continuar el legado que había recibido de Falla y dar así el testigo a la finlandesa. Maestro y alumna se tomaban muy en serio esta idea de herencia musical, como se puede apreciar en Anerfálicas, una obra cuyo título está formado por los nombres de ambos y el de Falla (ANn, ERnesto y FALla).
Hannikainen se volcó en la composición y cosechó grandes éxitos con sus obras. Ernesto Halffter dirigió muchos de sus estrenos y propició que la música de su pupila —y, un tiempo después, compañera— fuera programada. Tras recibir la aclamación del público y la crítica, el tándem de compositores programó un concierto con sus obras en Finlandia, concretamente con el Concierto para piano de Hannikainen y la Sinfonietta de Halffter. El evento generó una gran expectación, pero no tuvo una buena acogida. Las sonoridades de los compositores no acabaron de encajar con el público finlandés, pese al éxito que esas mismas obras tuvieron en España.
Ann-Elise Hannikainen continuó viviendo y trabajando en España hasta la muerte de Ernesto Halffter en 1989. A partir de entonces regresó a su país de origen y prácticamente dejó de componer. Su figura cayó rápidamente en el olvido, ya que ninguno de los países sentía a la compositora como suya. Por fortuna, tres años después de la muerte de Hannikainen, su compatriota Markus Virtanen escribió una ópera sobre su vida, La compositora Ann-Elise Hannikainen, que despertó un gran interés en Finlandia sobre la autora.
Referencias:
Stammeier, J. (2015, 13 de noviembre). Kuinka naissäveltäjä unohdetaan – tapaus Ann-Elise Hannikainen. Kulttuuricocktail. https://yle.fi/aihe/artikkeli/2015/11/13/kuinka-naissaveltaja-unohdetaan-tapaus-ann-elise-hannikainen
Virtanen, M. (2021, 30 de marzo). Hannikainen, Ann-Elise (1946 – 2012). Henkilöhistoria. https://kansallisbiografia.fi/kansallisbiografia/henkilo/10156
Redacción y edición: S. Fuentes
