A finales del siglo XIX nació en Cádiz todo un prodigio del piano. Debido a su corta edad —dio sus primeros conciertos con apenas ocho años— era conocido como Pepito Cubiles, pero llegaría a convertirse en el célebre José Cubiles (1894-1971). El niño comenzó sus estudios en la Academia Filarmónica Santa Cecilia de su ciudad natal. Allí tuvo como maestro al director de la institución, Rafaele Tomasetti. Viendo el potencial de Cubiles, su mentor se ocupó de que el niño recibiera la mejor formación posible. Fue así como con once años llegó a Madrid para estudiar en el Real Conservatorio de la capital. Esto fue posible gracias al patronazgo de la infanta Isabel, hija de la reina Isabel II.
En Madrid Cubiles encajó a la perfección con su nueva maestra, la catedrática de piano Pilar Fernández de Mora. Pese a haber nacido en Sevilla, la pianista estaba muy vinculada a Cádiz, lo que quizás facilitara la adaptación del joven Cubiles. Su estancia en el Real Conservatorio terminó con premios en piano y armonía, a los que se sumaron otros galardones ajenos a la institución. Un ejemplo de estos laureles es el Premio del Círculo de Bellas Artes, que recibió en 1909, dos años antes de graduarse. Dando por cerrada esta etapa formativa madrileña, Cubiles se dirigió al Conservatorio de París, donde fue alumno de Louis Diémer. Al igual que ocurriera en el Real Conservatorio, la capital francesa se rindió ante el talento del joven pianista, que obtuvo el Premio Extraordinario en la institución parisina.
Cubiles planeaba desarrollar su carrera desde París, pero el estallido de la Primera Guerra Mundial hizo que regresara a Madrid, donde se instaló de forma permanente. Allí consiguió una plaza como profesor de su alma mater, el Real Conservatorio. A partir de entonces compaginó una intensa labor docente con conciertos por todo el mundo. Rápidamente Cubiles se convirtió en un referente en el panorama pianístico español. Por ejemplo, fue el encargado de tocar la parte de piano en Petrushka cuando Stravinski viajó a España para estrenar este ballet y El pájaro de fuego. Pero su consagración definitiva llegó en 1916 de la mano de un gaditano como él: Manuel de Falla.
Falla había programado el estreno de Noches en los jardines de España para el 9 de abril de 1916. La obra estaba dedicada a Ricardo Viñes, quien había influido en la composición de la misma, pero el pianista ilerdense rechazó participar en el estreno. Con una fecha de estreno apremiante, Falla buscó a otro pianista que pudiera empaparse de la obra en el tiempo que quedaba hasta el concierto. Cubiles asumió la responsabilidad y defendió la composición de Falla a la perfección. El pianista gaditano convirtió Noches en los jardines de España en una obra recurrente en su repertorio, tanto que el también pianista Antonio Lucas Moreno le apodó “el jardinero mayor del reino”. Quizás este título cómico también dejara entrever la cercana relación entre Cubiles y su primera mecenas, la infanta Isabel, que incluso fue madrina del pianista en la primera de sus bodas.
Referencias:
Canal de Cultura Contemporánea de las Universidades Públicas de Andalucía. (Sin fecha). José Cubiles. Consultado el 27 de enero de 2024. https://www.cacocu.es/andalucia-contemporanea/jose-cubiles/
López, J. A. (2021, 9 de mayo). José Cubiles, el piano olvidado de Cádiz. Diario de Cádiz. https://www.diariodecadiz.es/ocio/Jose-Cubiles-piano-olvidado-Cadiz_0_1572143260.html
Recio Aguado, R. M. (Sin fecha). José Antonio Cubiles Ramos. Real Academia de la Historia. Consultado el 27 de enero de 2024. https://dbe.rah.es/biografias/5518/jose-antonio-cubiles-ramos
Redacción y edición: S. Fuentes
