La música de Johann Sebastian Bach (1685-1750) está presente en multitud de películas. Esto es algo normal, dada su calidad y la extensísima producción del compositor alemán. Algunas de sus obras aparecen una y otra vez como significante de la música clásica, prácticamente desprovistas de su identidad propia. Sin embargo, existe un grupo de obras que, si bien aparecen de forma aislada en productos audiovisuales, están casi completamente cubiertas por estos: las seis sonatas para violín y clave (BWV 1014 a 1019). Por ejemplo, la Sonata para violín y clave n.º 1 aparece en La montaña entre nosotros, protagonizada por Idris Elba y Kate Winslet.
Se desconoce el propósito con el que fueron compuestas las seis sonatas para violín y clave. Todos los estudios apuntan a que proceden de la época en la que Bach estuvo en Köthen. El compositor trabajó en esta ciudad sajona durante algo más de un lustro antes de trasladarse a Leipzig. Si bien las cinco primeras sonatas del conjunto son muy similares desde un punto de vista estructural, la sexta es ligeramente distinta. El cambio más evidente es el número de movimientos, que en la última obra del grupo asciende a cinco, frente a los cuatro del resto. Pese a esta diferencia, todas las sonatas alternan movimientos lentos y rápidos siguiendo el modelo de trío sonatas importado desde Italia.
Las sonatas a trío, como su nombre indica, estaban pensadas para tres voces distintas. En su versión original, estas voces correspondían a dos instrumentos solistas y bajo continuo, que podía ser realizado por uno o más instrumentos. En las seis sonatas para violín y clave, Bach asignó al clave una de las líneas melódicas y el bajo, reduciendo la plantilla a solo dos instrumentos. Este sistema también lo aplicó en otras obras, como las sonatas para viola da gamba y clave (BWV 1027 a 1029) o las sonatas para flauta y clave (BWV 1030 a 1032). El compositor aún retorció más esta reducción de plantilla en las seis sonatas para órgano (BWV 525 a 530), delegando en este instrumento todas las partes de la sonata a trío.
Este manejo magistral de la plantilla instrumental y las voces llevó durante un tiempo a pensar que las sonatas para violín y clave eran arreglos de obras con dos violines. Con el tiempo se ha demostrado que Bach escribió la mayoría de movimientos con la plantilla final en mente, salvo alguna excepción que proviniera de composiciones anteriores. Esta reutilización estuvo especialmente presente en la Sonata para violín y clave n.º 6, que en su versión original tenía dos movimientos de la partita BWV 830. Tras múltiples revisiones, Bach acabó prescindiendo de estos movimientos y eliminando la repetición del Vivace inicial (cuyo tempo acabaría convirtiéndose en Allegro), que se utilizaba como sexto y último movimiento para concluir la obra.
Referencias:
Kemp, L. (Sin fecha). Bach (6) Sonatas for Violin and Harpsichord. Gramophone. Consultado el 6 de diciembre de 2025. https://www.gramophone.co.uk/review/bach-6-sonatas-for-violin-and-harpsichord
Kyburz, R. (Sin fecha). Bach: Sonatas for Harpsichord and Violin, BWV 1014 – 1019. Rolf’s Music Blog. Consultado el 6 de diciembre de 2025. https://www.rolf-musicblog.net/bach-violin-sonatas-bwv-1014-1019/
Marchand, G. (Sin fecha). Bach: Complete Sonatas For Violin And Harpsichord. Outhere Music. Consultado el 6 de diciembre de 2025. https://outhere-music.com/en/albums/bach-complete-sonatas-violin-and-harpsichord
Redacción y edición: S. Fuentes
