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Una noche en la ópera

Eksanishvili: folclore y pedagogía

La compositora y pianista georgiana Eleonora Eksanishvili (1919-2003) comenzó su formación musical en el Conservatorio Estatal Ivane Sarajishvili de Tiflis. Allí estudió piano junto a Ana Tulashvili y composición con Pyotr Ryazanov y Andria Balanchivadze. Tras graduarse de estas dos disciplinas en 1940 y 1945, respectivamente, Eksanishvili viajó hasta Moscú para ampliar su formación en el Conservatorio de la capital rusa. En la institución moscovita tuvo como maestro de piano a Aleksandr Goldenweiser y de composición a Heinrich Litinsky y Vissarión Shebalín. Eksanishvili concluyó esta etapa formativa con una tesis sobre transcripciones para piano de Mili Balákirev, un tema al que regresaría en épocas posteriores de su vida.

Eksanishvili ya empezó a despuntar antes de marcharse a estudiar a Moscú. Estando aún en la capital georgiana, la compositora comenzó a trabajar como pianista con la Orquesta Filarmónica de Georgia. También empezó su carrera como docente, que acabaría convirtiéndose en una parte fundamental de su trabajo. Eksanishvili llegó a trabajar para el Ministerio de Educación de Georgia, que le encomendó crear un estudio en el Conservatorio de Tiflis desde el que realizar investigaciones etnomusicológicas sobre el folclore georgiano. La particularidad de este espacio era que tenía un marcado carácter pedagógico. Por ejemplo, una de sus labores específicas era la de buscar un método para transmitir el folclore con el que trabajaban a niños a partir de los seis años. La propia Eksanishvili desarrolló y publicó la metodología teórica que el estudio utilizó en su ambiciosa labor.

Canción triste, de Eleonora Eksanishvili.

En 1945, cuando acabó sus estudios en el Conservatorio de Tiflis, Eksanishvili fue admitida en la Asociación de Compositores Georgianos, de la que formó parte durante más de cuatro décadas. En esta faceta de compositora, la autora georgiana también dejó un espacio para la pedagogía. Eksanishvili creó numerosas obras destinadas a un público infantil, como la ópera Los amigos del bosque (1963), las escenas musicales El conejo y los niños (1961) y Las vacaciones de invierno (1963), una suite infantil para orquesta de cámara y varias canciones y pequeñas piezas para piano. Aunque Eksanishvili compuso todas estas obras para niños, lo cierto es que solo supusieron una parte de su producción. La autora escribió dos conciertos para piano, sonatas para distintos instrumentos, varias obras para diversas formaciones camerísticas y multitud de arreglos y transcripciones para piano, continuando la ruta que ya marcara su tesis sobre Balákirev.

Varios de los arreglos de Eksanishvili correspondían a adaptaciones de canciones folclóricas. Esto demuestra que, para la autora georgiana, la etnomusicología, la pedagogía y la composición no eran disciplinas aisladas, sino partes de un todo que a menudo se entretejían, potenciándose mutuamente. Esta impronta nacionalista-folclorista también se puede apreciar en los textos que Eksanishvili escogía para sus obras vocales. Salvo algunas excepciones, como Goethe, Heine o Schiller, la compositora se decantaba por compatriotas suyos, como Vazha-Pshavela o David Guramishvili. Aparte de la composición, Eksanishvili también recurrió a temas georgianos en algunos de sus escritos, como los que publicó sobre otros compositores del país o sobre la visita a Tiflis de Serguéi Rajmáninov. Seguramente esta devoción hacia su patria ayudó a que en 1967 Eksanishvili fuera nombrada Honorable Artista de la República Socialista Soviética de Georgia.


Referencias:

Biographical Dictionary of Georgia. (Sin fecha). Eleonora Eksanishvili. Consultado el 9 de marzo de 2024. http://www.nplg.gov.ge/bios/en/00004008/

Redacción y edición: S. Fuentes