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Anido: la argentina que conquistó el mundo

A principios del siglo XX la guitarra se convirtió en el instrumento de moda en el sur de América Latina. Era frecuente que muchos grandes intérpretes realizaran giras de conciertos y estancias en Argentina, Chile y Uruguay. Fue así como la argentina María Luisa Anido (1907-1996) se formó con dos maestros catalanes sin salir de su país. Los primeros pasos de Anido fueron guiados por su padre, un editor aficionado a la guitarra. El hombre rápidamente se dio cuenta del talento de su hija y, viéndose superado, se apresuró a buscar profesores a la altura de la niña.

Barcarola, de María Luisa Anido, por María Isabel Siewers.

De este modo, Anido se convirtió en alumna de Domingo Prat y Miguel Llobet, dos de los más importantes guitarristas de la época. La niña demostró ser todo un prodigio y con tan solo 9 años comenzó a dar conciertos en Argentina, a los que pronto sumaría otros en Brasil. Con 20 años grabó unos dúos con Llobet que adquirieron gran fama internacional. Un musicólogo francés llego a decir —no sabemos con qué rigor— que era “el primer dúo de guitarras del siglo XX”.

Maestra internacional

En 1952 Anido emprendió su primera gran gira europea. Recorrió numerosos países, entre los que se encontraban España, Francia, Italia, Austria, Rumanía y Reino Unido. La acogida que tuvo la guitarrista y compositora argentina fue unánime, todo un éxito de crítica y público. Tras conquistar el viejo continente, Anido se embarcó en una nueva gira, esta vez por Japón. En el país nipón realizó más de 15 conciertos, a los que sumó clases magistrales e interpretaciones radiofónicas. Este viaje fue tan importante que el Parlamento japonés organizó una recepción en honor para la guitarrista, agasajándola con importantes obsequios.

Aire norteño, de María Luisa Anido, por María Isabel Siewers.

El éxito internacional se repitió en 1956, esta vez en Rusia. Como ya ocurriera en Japón, los conciertos de Anido fueron eventos sociales de gran importancia. A ellos acudieron las autoridades soviéticas y destacadas personalidades del ámbito cultural. Dmitri Kabalevski afirmó que “en las manos de Anido la guitarra sonaba como toda una orquesta”.

Además de estas y otras giras, Anido fue jurado de numerosos certámenes internacionales. También combinó esta actividad interpretativa con una importante labor docente. Esta función pedagógica se produjo tanto a nivel nacional, como profesora de distintos conservatorios e instituciones argentinas (incluido el Conservatorio Nacional de Música en Buenos Aires); como internacional, impartiendo clases magistrales y cursos de perfeccionamiento por todo el mundo. En sus composiciones también se puede apreciar esta dualidad geográfica, ya que combinó obras propias plagadas de referencias al folclore argentino con transcripciones para guitarra de obras de grandes compositores de distintos países.

El Misachico, de María Luisa Anido, por María Isabel Siewers.

Tras recorrer medio mundo junto a su guitarra, Anido se estableció en la tierra de sus maestros, en Cataluña. Allí pasó sus últimas décadas, salvo por una estancia en Cuba cuando fue contratada por el gobierno para dar clases en La Habana. La compositora y guitarrista estuvo especialmente vinculada a Tarragona, ciudad en la que murió y fue enterrada en 1996. A lo largo de su carrera recibió numerosos galardones y reconocimientos internacionales, ganándose el sobrenombre de la “Primera Dama de la Guitarra”.


Referencias:

Certamen Internacional de Guitarra María Luisa Anido. (Sin fecha). María Luisa Anido. Consultado el 1 de abril de 2023. https://www.certamenanido.com.ar/maria_luisa_anido.htm

EFE. (1996, 4 de junio). María Luisa Anido, guitarrista. El País. https://elpais.com/diario/1996/06/05/agenda/833925605_850215.html

Fundación Konex. (Sin fecha). Maria Luisa Anido. Consultado el 1 de abril de 2023. https://www.fundacionkonex.org/b756-maria-luisa-anido

Redacción y edición: S. Fuentes

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El éxito en México de Prieto

La compositora asturiana María Teresa Prieto Fernández de Llana (1896-1982) procedía de una familia amante de la música. Pese a no ser intérprete profesional, su madre tenía un gran nivel pianístico. Con este estímulo materno, tanto la autora como su hermano pequeño, Carlos, empezaron a estudiar música desde pequeños. Cuando llegó la hora de dar el salto a los estudios reglados, Prieto lo hizo en el Conservatorio Provincial de Oviedo junto a Saturnino Fresno, que era también el director de la Academia de Bellas Artes de San Salvador. Junto a él la joven descubrió la inmensidad de Bach, pero también la música popular asturiana.

Por motivos de salud, los médicos recomendaron a Prieto un cambio de clima, por lo que se trasladó junto a su madre a Madrid. Allí ingresó en el Conservatorio, donde estudió armonía con Benito García de la Parra y piano con José Cubiles. Esta formación se complementaba durante los veranos, que pasaba en Santander. En la capital cántabra conoció a José María Nemesio Otaño, que era el director del coro de la Universidad Pontificia de Comillas y se convirtió en su maestro estival de composición.

Adagio-Allegro de la Sinfonía asturiana de María Teresa Prieto, por la Orquesta de Córdoba.

Una nueva vida

La muerte de su madre y el estallido de la Guerra Civil hicieron que Prieto buscara refugio en México, país en el que vivía su hermano desde 1922. En el país centroamericano, Carlos Prieto se había convertido en un importante empresario y mecenas. Por su casa pasaron personalidades de distintos ámbitos culturales, incluyendo a figuras tan destacadas como María Zambrano o Ígor Stravinski. El hermano de la compositora colaboraba a menudo con su tocayo Carlos Chávez, uno de los pilares sobre los que se estaba construyendo la nueva identidad cultural mexicana. Chávez centraba sus esfuerzos en tres frentes: la educación, crear una cultura de apoyo institucional a la música y el fomento de la música de nueva creación (a través de encargos y programando estrenos). Alrededor de Chávez orbitaron muchos de los músicos españoles que llegaban al país, como Rosa García Ascot, Jesús Bal y Gay, Gustavo Pittaluga, Adolfo Salazar o Rodolfo Halffter.

Cuando María Teresa Prieto llegó a casa de su hermano en 1936 se encontró de repente en el centro de la vida musical mexicana. Se empapó de las influencias nacionalistas a través de Manuel Ponce, pero también de las corrientes vanguardistas norteamericanas y las nuevas ideas que los expatriados españoles traían consigo de Europa. A partir de la década de 1940 comenzó a componer y estrenar obras con un notable éxito. Entre ellas se encontraba Sinfonía asturiana (1942), con la que se ganó el reconocimiento de la colonia española tras su estreno a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional en el Teatro de las Bellas Artes. Este prestigio se contagió al resto de la sociedad tan solo dos años después, ya que su poema sinfónico Chichen-Itzá tuvo exactamente el mismo efecto sobre el público mexicano.

Chichen-Itzá, de María Teresa Prieto, por la Orquesta de Córdoba.

Prieto gozaba de tal renombre que cuando Darius Milhaud llegó a la capital mexicana, invitó a la compositora a perfeccionar con él su técnica en el Mills College de Oakland. La autora asimiló las enseñanzas del músico francés, pero también el dodecafonismo que importó Rodolfo Halffter. Fue así como Prieto desarrolló un estilo propio en el que tenían cabida todo tipo de influencias: desde el folclore asturiano y mexicano hasta las últimas modas modernistas e incluso tintes de serialismo.


Referencias:

Perón Pérez, T. (2012). María Teresa Prieto y Carlos Chávez: paradigma de la fructífera relación de México y España a mediados del siglo XX. Cuadernos de Música Iberoamericana, 23, 67-86.

Rodríguez de la Torre, F. (Sin fecha). María Teresa Prieto y Fernández de la Llana. Real Academia de la Historia. Consultado el 18 de marzo de 2023. https://dbe.rah.es/biografias/31042/maria-teresa-prieto-y-fernandez-de-la-llana

Vallina Vallina, A. (2023, 1 de enero). María Teresa Prieto, la compositora ovetense que dejó huella en la música mexicana. La Nueva España. https://www.lne.es/mas-domingo/2023/01/01/maria-teresa-prieto-compositora-ovetense-80526781.html

Redacción y edición: S. Fuentes

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Una noche en la ópera

La ópera criolla de Beach

Amy Beach (1867-1944) llevaba un tiempo planeando escribir una ópera sobre temas estadounidenses cuando se encontró con Cabildo, una novela y obra teatral de su amiga Nan Bagby Stephen. Fue la propia escritora quien adaptó el libreto para Beach, contribuyendo a la creación de la ópera de cámara homónima. La compositora recibió el texto en abril de 1932, aunque no empezó a trabajar en la obra hasta el mes de junio. Tras una intensa labor creativa, Beach completó la versión final de Cabildo en agosto, consiguiendo una grata acogida en las primeras interpretaciones privadas que realizó para sus amigos.

Introducción (Prólogo) de la ópera Cabildo, de Amy Beach.

El estreno público de Cabildo se demoró mucho en el tiempo. Estados Unidos se hallaba sumido en la Gran Depresión, por lo que el momento no era nada propicio para la cultura. Cuando la situación económica comenzó a reencauzarse, la Universidad de Georgia organizó el estreno para 1940, pero esta iniciativa se vio truncada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, aplazando de nuevo la puesta de largo de la ópera. Finalmente, Cabildo se estrenó el 27 de febrero de 1945, dos meses después de la muerte de Amy Beach.

La vida pirata

Cabildo toma su nombre del Cabildo de Nueva Orleans, un edificio histórico de Luisiana. Durante una visita, un guía cuenta a un grupo de turistas la historia de Pierre Lafitte, un pirata que ayudó al ejército estadounidense durante la batalla de Nueva Orleans. El pirata, que antes de la contienda se encontraba preso en el Cabildo, ganó su libertad y fue recompensado con tierras tras la victoria sobre los ingleses.

Largo espressivo de la ópera Cabildo, de Amy Beach.

Entre el grupo de turistas se encuentra una pareja de recién casados: Mary y Tom. Cuando visitan la celda de Lafitte, la mujer se queda rezagada reflexionando sobre la huida del pirata antes de que uniera fuerzas con el ejército estadounidense. En medio de estas cavilaciones se queda adormilada y comienza a soñar con el reo, dando paso a la segunda parte de la ópera.

La escena onírica nos muestra a Lafitte en su celda esperando a ser ejecutado. Se le acusa de la muerte de su amada, lady Valerie, y de destruir su navío, el Falcon. Pero estos crímenes no son ciertos, aunque si observamos al personaje histórico que fue Lafitte, no faltaban razones legítimas para encarcelarle (por ejemplo, la trata de esclavos). El pirata se encontraba en posesión de un brazalete de lady Valerie porque ella se lo había entregado como prueba de su amor y no por habérselo robado tras asesinarla, como alegaban las autoridades.

She was like a flower de la ópera Cabildo, de Amy Beach.

Lafitte recibe la oferta de luchar junto al ejército a cambio de su libertad y comienza a tramar su vendetta personal. Solo piensa en encontrar al asesino de su amada. En ese momento el fantasma de lady Valerie se le aparece y le convence de elegir el honor frente a la venganza.

Amy Beach plagó la ópera de melodías populares criollas para construir la ambientación de Nueva Orleans. Algunas se encuentran muy presentes, casi a modo de citas directas. Otras se hallan ocultas, dando lugar a temas que identifican a los personajes y convirtiéndose en elementos generadores de nuevos materiales melódicos. La compositora utilizó estas dos técnicas para diferenciar musicalmente a los personajes según su clase social. Los turistas, poco sofisticados, están expresados mediante las canciones, mientras que lady Valerie se relaciona con las elaboradas melodías derivadas. A Pierre Lafitte, pese a su riqueza, le corresponden las canciones criollas… salvo cuando siente la presencia de su amada, ya que para Beach este amor le hace elevarse y pasar a la esfera de lo distinguido.

Ah, Love is a jasmine vine de la ópera Cabildo, de Amy Beach.

Referencias:

Block, A. F. (1995). Cabildo: Synopsis. Amy Beach. https://www.amybeach.org/cabildo-info-libretto/

Oliver, M. (Sin fecha). Beach Cabildo; Six Short Pieces. Gramophone. Consultado el 18 de febrero de 2023. https://www.gramophone.co.uk/review/beach-cabildo-six-short-pieces

Seymour, C. (2021). Amy Beach’s Cabildo at Wilton’s Music Hall: a Creole Beggar’s Opera. Opera Today. https://operatoday.com/2021/09/amy-beachs-cabildo-at-wiltons-music-hall-a-creole-beggars-opera/

Redacción y edición: S. Fuentes

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El método Agudelo

Existen multitud de métodos para enseñar música a los niños antes de que tengan la edad suficiente para comenzar una educación formal. A teorías pedagógicas de largas trayectorias, como la de Dalcroze, se han ido sumando con el tiempo nuevas propuestas, sobre todo durante la segunda mitad del siglo XX. Es en este marco donde surgió el Método GAM, propuesto por la compositora mexicana Graciela Agudelo Murguía (1945-2018). La propia autora ya se había valido de otras técnicas innovadoras en su actividad docente, como el Método Yamaha, antes de desarrollar su propio sistema.

Nebulario, de Graciela Agudelo.

Pese al hito que supuso crear el método GAM, la docencia no fue la principal vertiente profesional de Agudelo, que tuvo un papel crucial en la creación y difusión de la música mexicana de nueva creación. En este ámbito, ostentó cargos como la presidencia del Consejo de la Música de las Tres Américas o de la representación de México en el Consejo Internacional de la Música de la Unesco. También fue una de las fundadoras de la Sociedad Mexicana de Nueva Música y de ONIX Nuevo Ensemble.

La trayectoria profesional de Agudelo estuvo muy vinculada a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La compositora se formó en la Escuela Nacional de Música de esta universidad, donde tuvo como maestros a Leonor Boesch de Díez Barroso y Manuel Suárez, entre otros. En 1996 asumió la dirección del Departamento de Difusión Cultural de dicha escuela. Junto a Radio UNAM produjo la serie radiofónica Hacia una nueva música.

Vocalise y Bagatela, de Graciela Agudelo, por Ángel Flores (fagot) y Ollintzin Hernández Q. (piano).

Además de en la UNAM, Agudelo se formó en el Taller Nacional de Composición del Conservatorio Nacional de Música, dirigido por Héctor Quintanar. También fue becada para asistir a los Cursos de Verano de Darmstadt y otros talleres y eventos formativos. En cuanto al ámbito investigador —que dio como resultado la creación del Método GAM—, Agudelo fue directora de las revistas Armonía y Letras de cambio, además de publicar el libro El hombre y la música.

Desde el punto de vista musical, la obra de Agudelo se puede dividir en distintas vertientes según los elementos explorados en profundidad en cada composición. Una de estas vertientes atañe a la música tradicional de Latinoamérica y el Caribe, con obras como Siete piezas Latinas (1980). Estas siete piezas se popularizaron con rapidez, especialmente en Francia y México, y algunos de sus números fueron versionados en arreglos jazzísticos. Otra vertiente corresponde a la exploración de nuevas sonoridades, alineándose con algunas corrientes vanguardistas del siglo XX. La particularidad de Agudelo es que estas sonoridades respondían a concepciones filosóficas y esotéricas, a menudo derivadas de leyendas precolombinas. La compositora se valía en numerosas ocasiones de grafías propias para representar las sonoridades que intentaba producir en sus obras. Entre los ejemplos de esta vertiente se encuentran Invocación (1993) o Navegantes del crepúsculo (1989).

Espressivo de las Siete Piezas Latinas de Graciela Agudelo, por María Teresa Frenk.

A la compositora le gustaba explorar nuevas sonoridades también durante la grabación de sus obras. Por ejemplo, en Cantos desde el confín (1992) pidió a los intérpretes que dieran vueltas alrededor de la sala, consiguiendo que el sonido tuviera un efecto de desplazamiento. Agudelo intentaba participar activamente en sus grabaciones y a menudo intervenía como intérprete en las mismas.


Referencias:

Agudelo, G. (2021, 11 de junio). Graciela Agudelo – Obras. Colegio de Compositores Latinoamericanos de Música de Arte. https://colegiocompositores-la.org/2021/06/11/graciela-agudelo-obras/

Armijo Torres, L. A. (2007). Graciela Agudelo: una compositora del siglo XXI [tesis doctoral, Universidad Autónoma de Madrid]. Repositorio UAM. https://repositorio.uam.es/handle/10486/1850

Redacción y edición: S. Fuentes

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Una noche en la ópera

Los santos eslavos de Klinkova

La compositora búlgara Zhivka Klinkova (1924-2002) es conocida principalmente por sus contribuciones en el ámbito del folclore de su país. Fue la encargada de dirigir la Compañía Nacional de Folclore Búlgaro Philip Koutev desde su creación, conjunto para el que también arreglaba y componía obras de distinta índole. Tras ocupar este puesto de responsabilidad durante los años 50 y principios de los 60, Klinkova abandonó su país para estudiar en Alemania.

Aunque la compositora ya llevaba un tiempo ejerciendo su profesión, decidió empaparse de las nuevas ideas musicales que recorrían Europa. Fue así como llegó a estudiar con Rudolf WagnerRégeny y Boris Blacher en la Berlin Hochschule für Musik. También asistió y participó en distintos cursos, como los de Darmstadt.

Pese a la gran producción de música contemporánea de Klinkova, estas obras prácticamente no han sido interpretadas, pues apenas se sabía de su existencia. Aunque en Bulgaria era muy conocida por los folcloristas, casi nadie sabía de la relación de la compositora con las vanguardias. Klinkova no informaba de sus obras a la revista Nueva música búlgara, que recopilaba de forma anual las composiciones de nueva creación hechas por autores de Bulgaria. Esta publicación era la guía de referencia para los entusiastas de la música vanguardista. Además, la mayoría de sus estrenos se producían en el extranjero, dificultando aún más el seguimiento de la música de Klinkova. Aunque las obras de la compositora búlgara contaron con un cierto reconocimiento internacional —materializado en algunos premios y galardones—, también cayó rápidamente en el olvido.

Trakiiska nazdravitsa, de Zhivka Klinkova, por el Bogovitsa Folklore Ensemble.

Santos Cirilo y Metodio

La obra de Zhivka Klinkova incluye un gran número de composiciones orquestales, música para distintas formaciones camerísticas, ballets y óperas. Entre estas últimas se cuentan las óperas infantiles Petko Samovhaiko (1956) y Lo más improbable (1980); Vassil Levski (1992) y Santos Cirilo y Metodio. La propia compositora escribió dos de los libretos utilizados, aunque ese no fue el caso de Santos Cirilo y Metodio, con libreto basado en los textos poéticos de Venko Markovski. La ópera-oratorio de temática religiosa recibió un diploma del papa Juan Pablo II, que asistió a su estreno en versión de concierto en la Ópera Báltica de Gdansk en 1986. El estreno de la versión escénica de la obra tuvo que esperar hasta 2021, aprovechando el cuadragésimo aniversario del nombramiento de los santos como patronos de Europa.

La ópera transcurre en Tesalónica, Roma, la Gran Moravia y Bulgaria y muestra distintos episodios de la vida de Cirilo y Metodio, conocidos como los apóstoles eslavos. La obra se mueve constantemente entre el mundo de los sueños (y alucinaciones) y la realidad, intercalando distintas escenas de índole muy diversa. Entre las situaciones representadas se encuentran la bula del papa Adriano II para que pudieran predicar en eslavo o la bienvenida que recibieron por parte del príncipe Ratislav I de Moravia.

El estreno escénico de Santos Cirilo y Metodio fue todo un evento en Bulgaria que sirvió para poner de nuevo a Klinkova en el mapa. La representación, que tuvo lugar en la sede de Sofía de la Ópera y Ballet Nacional de Bulgaria, se emitió por televisión en todo el país.


Referencias:

McVicker, M. F. (2016). Women opera composers: Biographies from the 1500s to the 21st century. McFarland & Company.

Sofia Opera and Ballet. (Sin fecha). The saints Cyril and Methodius. Consultado el 24 de junio de 2022. https://www.operasofia.bg/index.php/en/repertoire/419

Valchinova, E. (Sin fecha). Jivka Klinkova. Sofia Opera and Ballet. Consultado el 24 de junio de 2022. https://www.operasofia.bg/index.php/staff/zhivka-klinkova

Redacción y edición: S. Fuentes

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La fiesta de César Cui

El padre de César Cui (1835-1918) era un oficial del ejército francés que cayó prisionero de los rusos en la campaña de Napoleón de 1812. Tras acabar la guerra, se estableció en Lituania (por aquel entonces perteneciente al Imperio Ruso), donde formó una familia. Cui nació y se crio en Vilna, la actual capital de Lituania. Desde niño empezó a mostrar talento para la música e incluso recibió algunas lecciones y compuso algunas pequeñas obras tratando de imitar el estilo de Chopin. Esta precocidad quedó interrumpida cuando fue enviado a San Petersburgo para estudiar en la Escuela de Ingeniería con apenas 16 años.

Cui continuó su carrera alejado de la música, ya que ingresó en la Academia de Ingeniería Militar, donde rápidamente se convirtió en una figura destacada. En 1857 empezó a dar conferencias en esta institución y acabó convirtiéndose en profesor titular de la misma. Uno de sus alumnos fue el zar Nicolás II. Como eminencia en el campo de las fortificaciones, Cui publicó varios libros de texto que tuvieron un uso muy amplio y contenían todo lo aprendido en la guerra ruso-turca de 1877-1878.

5 pequeños dúos, de César Cui, por Eva Álvarez (flauta), Iván López (violín) y Fernando Cruz (piano).

El compositor lituano habría quedado completamente desvinculado de la música de no ser por su amigo Mili Balákirev, a quien conoció durante sus primeros años en la Academia. Balákirev le animó a retomar su afición por la música y le ayudó a orquestar sus primeras óperas. Además de volver a componer, Cui empezó a escribir críticas musicales en un periódico local de San Petersburgo. Aunque firmaba sus artículos con tres asteriscos, sus textos eran reconocibles por su sarcasmo y la dureza de sus opiniones. El compositor lituano fue muy severo con muchos de sus colegas, lo que llegó a desembocar en algunos cruces de insinuaciones hostiles, como le ocurrió con Chaikovski. También atacó duramente a compositores del pasado, como Mozart o Bach, ataques que fueron considerados sacrílegos por la mayoría de las personas vinculadas a la cultura.

Pese a granjearse un gran número de enemistades por sus críticas, Cui no quedó completamente aislado. Perteneció a Los Cinco, el grupo de compositores nacionalistas que encabezaba su amigo Balákirev. De hecho, gracias a su presencia en prensa ejercía como portavoz del grupo junto a Vladímir Stásov.

Nacionalismo ruso mirando a Francia

Aunque Cui y Los Cinco centraron sus esfuerzos en desarrollar la música nacionalista rusa, lo cierto es que el compositor lituano nunca perdió de vista sus raíces. La mayoría de sus óperas basaron sus libretos en textos de literatos franceses, como Victor Hugo, Jean Richepin, Guy de Maupassant o Alexandre Dumas. Una de las excepciones a esta tendencia fue Fiesta durante la plaga, una ópera en un acto que el autor definió como “escenas dramáticas”. El libreto de esta obra se basó en Pequeñas tragedias, de Aleksandr Pushkin.

Fiesta durante la plaga, de César Cui.

Los textos de Pushkin fueron una fuerte inspiración para Los Cinco y muchos otros compositores rusos coetáneos y posteriores. Las cuatro Pequeñas tragedias, sin ir más lejos, fueron el origen de las óperas El caballero avaro, de Rajmáninov, Mozart y Salieri, de Rimski-Kórsakov, y El convidado de piedra, de Dargomyzhski.

Fiesta durante la plaga bebe, precisamente, del estilo compositivo de Dargomyzhski, con líneas melódicas fuertemente influenciadas por el habla. La ópera muestra un banquete celebrado durante la epidemia de peste de 1665 en Londres. Los asistentes festejan en la que podría ser su última cena ante una muerte omnipresente que se deja entrever, por ejemplo, en el recuerdo de los amigos fallecidos o en el traqueteo de un carro con cadáveres en una calle aledaña. Al acabar la ópera el banquete continúa, negando a los espectadores el derecho a juzgar la juerga y el desenfreno con que los protagonistas se enfrentan a lo inevitable.


Referencias:

Britannica. (Sin fecha). César Cui. Consultado el 28 de mayo de 2022. https://www.britannica.com/biography/Cesar-Cui

Tchaikovsky Research. (Sin fecha). César Cui. Consultado el 28 de mayo de 2022. https://en.tchaikovsky-research.net/pages/C%C3%A9sar_Cui

Warrack, J. (Sin fecha). Cui (A) Feast in Time of Plague. Gramophone. Consultado el 28 de mayo de 2022. https://www.gramophone.co.uk/review/cui-a-feast-in-time-of-plague

Redacción y edición: S. Fuentes

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Kanai y el legado de Okinawa

Kikuko Kanai (1906-1986) es considerada una de las primeras compositoras de música clásica occidental de Japón. Su estilo consiguió aunar las últimas tendencias europeas con la cultura tradicional que marcó su infancia. De hecho, Kanai se inició musicalmente con dos instrumentos del folclore japonés —el koto y la biwa— antes de aprender a tocar el violín. El koto es una especie de cítara de 13 cuerdas, mientras que la biwa es un instrumento parecido al laúd.

Al terminar sus estudios en el primer instituto para mujeres de la prefectura de Okinawa, la compositora viajó a Tokio para dedicarse por completo a la música en la Academia de Música de esta ciudad. En esta institución volvió a repetirse el cruce de influencias entre oriente y occidente. Sus dos principales maestros fueron Shimofusa Kan’ichi, que había sido alumno de Hindemith, y Go Taijirô, especializado en canto japonés. Tras graduarse completó su formación con lecciones de contrapunto y de orquestación. Esta etapa culminó con el estreno en 1940 de su primera sinfonía, convirtiéndose en la primera mujer de su país en estrenar una obra de este tipo. Lamentablemente, el segundo y tercer movimiento de esta sinfonía se han perdido.

Doncellas bajo la luna, de Kikuko Kanai, por Noriko Ogawa.

Okinawa

Kikuko Kanai procedía de la isla Miyako, perteneciente a un grupo insular homónimo dependiente de la prefectura de Okinawa. Esta región administrativa presenta unas características culturales particulares por ser la más alejada del archipiélago principal de Japón. Sus habitantes hablaban idiomas (o dialectos, según lingüistas nipones) distintos del japonés estándar. De este grupo de lenguas, llamadas lenguas ryukyuenses, la única que sobrevive en la actualidad es el okinawense, usado en la isla principal de la prefectura.

La compositora se sentía muy vinculada a la cultura tradicional ryukyu y dedicó grandes esfuerzos a recopilar, editar y publicar las canciones folclóricas de su pueblo. Muchas de estas melodías populares fueron integradas en sus obras. Kanai fue una autora muy prolífica, con más de 150 obras en su catálogo. Este repertorio abarca plantillas de todos los tamaños: desde canciones y obras para piano hasta música de cámara (con especial hincapié en formaciones con instrumentos de viento madera), obras corales y orquestales e incluso música escénica. A este último grupo pertenece su ópera Cuento de Okinawa o la banda sonora de La casa de té de la luna de agosto, una película estadounidense ambientada en la prefectura de Okinawa.

Ryūkyū Kacharshi, de Kikuko Kanai, por Hitomi Takara.

Gracias a su profundo conocimiento del folclore nipón, Kanai fue escogida para representar a su país en la Séptima Conferencia Internacional de Música Popular de 1954, celebrada en São Paulo. Allí conoció al compositor brasileño de origen alemán Hans-Joachim Koellreutter, maestro de, entre muchos otros, Antônio Carlos Jobim. Kanai aprovechó esta estancia en Brasil para estudiar los principios del dodecafonismo junto a Koellreutter, entretejiendo de nuevo tradición y modernidad.

Pese al reconocimiento de Kanai en su país y entre los folcloristas de todo el mundo, su música no ha sido difundida en occidente. Aunque la mayoría de sus obras se estrenaron —muchas de ellas con la Orquesta Sinfónica de Tokio— apenas existen grabaciones de sus composiciones. Por esta razón, Kanai fue escogida por la BBC a principios de 2022 como una de las protagonistas de un proyecto para recuperar y grabar obras de compositores poco conocidos.


Referencias:

Kawabata, M. (Sin fecha). From Okinawa to the World: The Music of Kikuko Kanai. Royal College of Music London. Consultado el 12 de marzo de 2022. https://mail1.rcm.ac.uk/research/projects/musicofkikukokanai/

Shandinzhan. (2011, 25 de febrero). Kikuko Kanai: Biography. Last.fm. https://www.last.fm/music/Kikuko+Kanai/+wiki

Redacción y edición: S. Fuentes

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Ópera radiofónica: Bacewicz

A mediados del siglo XX la tecnología de la radio se desarrolló enormemente y a gran velocidad. La radio dejó de tener una función meramente informativa para convertirse en un medio lleno de posibilidades. En este marco surgieron los primeros estudios de música concreta y electrónica, como el de la Radiotelevisión Francesa de Schaeffer o el de Radio Oeste de Colonia de Stockhausen. Con esta misma idea de una nueva industria creativa, la Radio Polaca encargó varias óperas compuestas ex profeso para emitirse en antena. Entre los compositores que aceptaron estos encargos podemos encontrar autores como Tomasz Sikorski (Las aventuras de Simbad el marino), Zbigniew Wiszniewski (Neffru), Zbigniew Penherski (El juicio de Sansón) o Romuald Twardowski (La caída del Padre Suryn).

Estos encargos de óperas radiofónicas fueron el origen de La aventura del rey Arturo, de Grażyna Bacewicz (1909-1969). Pese a que la compositora fue muy prolífica, con más de 200 obras de su autoría, esta fue la única ópera que escribió. El libreto corrió a cargo de Edward Fiszer y estaba basado en una de las historias recogidas por la Premio Nobel de Literatura noruega Sigrid Undset en La leyenda del rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda. La ópera se estrenó en antena el 10 de noviembre de 1959 y fue precedida de un coloquio con la compositora y el libretista.

Chór-Do Zamku Wrócił Król de La aventura del rey Arturo, de Grażyna Bacewicz, por la Orquesta de la Radio Polaca.

Grażyna Bacewicz

La familia de Grażyna Bacewicz apoyó desde el primer momento su talento para la música. La pequeña tocaba música de cámara en casa con sus hermanos Vytautas y Kiejstut, gracias a las lecciones que su padre les había dado a los tres. Llegado el momento, Kiejstut viajo a Varsovia desde su Lodz natal para dedicarse a la música. Su hermana no tardó en seguirle, cuando tuvo la edad suficiente. En la capital polaca, la menor de los Bacewicz ingresó en el Conservatorio para continuar el aprendizaje de su instrumento, el violín, al que sumó el piano y la composición. Durante esta época estrenó algunas de sus sonatas para violín interpretándolas ella misma con su hermano Kiejstut como pianista acompañante.

Cuarteto de cuerda no.4, de Grażyna Bacewicz, por el Cuarteto Szymanowski.

En una visita al Conservatorio, Karol Szymanowski —probablemente el máximo exponente de la música polaca por aquel entonces— animó a los alumnos a viajar fuera de Polonia para expandir sus horizontes musicales. Este mensaje caló en Bacewicz, que viajó a París para estudiar composición con Nadia Boulanger y violín con André Touret. Tras esta formación y una breve gira por España, regresó a su país, donde aceptó un puesto como profesora de contrapunto, armonía y violín en el Conservatorio de Lodz. Pero la vida docente era un gran obstáculo para la actividad compositiva y de concertista de Bacewicz, por lo que, apenas un año después de su regreso, volvió a Varsovia.

En 1936, de nuevo en la capital, la compositora se convirtió en primer violín de la Orquesta de la Radio Polaca, que estaba apostando por jóvenes virtuosos para intentar rivalizar con la Filarmónica de Varsovia. Las giras con la orquesta sirvieron para que Bacewicz estrenara algunas de sus obras, como el Concierto para violín no.1 y Tres canciones. Esta vida orquestal contrastaba con sus composiciones durante la época, más centradas en la música de cámara.

Concierto para orquesta de cuerda, de Grażyna Bacewicz, por la NFM Leopoldinum Orchestra.

Grażyna Bacewicz continuó una exitosa carrera como concertista y compositora. En 1950 recibió un amplio reconocimiento por su Concierto para orquesta de cuerda, merecedor del Premio Nacional en Polonia y estrenado en Washington. Se convirtió en una habitual en los jurados de concursos de violín. Pese a esta trayectoria meteórica, su carrera estuvo a punto de terminar bruscamente por culpa de un accidente de tráfico. Tras una larga hospitalización y gracias a su enorme voluntad, Bacewicz consiguió salir adelante. Poco después fue abandonando paulatinamente los escenarios para centrarse en la composición.


Referencias:

Grażyna Bacewicz. (Sin fecha). Works in detail: The Adventure of King Arthur (radio opera). Consultado el 12 de febrero de 2022. https://bacewicz.polmic.pl/en/the-adventure-of-king-arthur-radio-opera/

Rosen, J. (1983). Grażyna Bacewicz: Her Life and Works. Polish Music Center – University of Southern California. https://polishmusic.usc.edu/research/publications/polish-music-journal/vol5no1/grazyna-bacewicz-life-and-works/

Redacción y edición: S. Fuentes

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Notas al programa

Ópera folclórica checa: Sláva Vorlová

La opereta era el género más popular y económicamente rentable en la Checoslovaquia del periodo de entreguerras y de la Segunda Guerra Mundial. Pese a esta popularidad —o quizás a consecuencia de ella—, el género era denostado por un gran número de artistas, que lo consideraban un entretenimiento burgués decadente. Este choque conceptual dio lugar a un debate ideológico y cultural sobre el género. Algunos autores reconocieron el mérito de la opereta, aunque dejando ver sus flaquezas. Para aprovechar el gran alcance de esta música y corregir sus aspectos negativos propusieron un nuevo género con el que reemplazarla: las óperas folclóricas. Estas composiciones aspiraban a tener una mayor calidad musical y literaria y utilizarían como base textos clásicos checos. Entre los músicos que apostaron por esta corriente renovadora encontramos nombres como Jan Zdeněk Bartoš, Václav Trojan, Jaroslav Křička o Sláva Vorlová (1894-1973).

Moderato con tenerezza de las Miniaturas para clarinete bajo y piano de Sláva Vorlová, por Sebastián Tozzola y Anais Crestin.

Vorlová escogió un relato corto del poeta y dramaturgo Vítězslav Hálek: Liduška la música. Cuenta la historia de Liduška, la hija de un granjero rico que se enamora de un músico pobre, con todos los problemas que esto desencadena. La adaptación del texto corrió a cargo de Karel Vladimír Hloch, un libretista que colaboró ampliamente con Vorlová. El libreto no fue una transcripción completa de la obra original, sino que añadió personajes secundarios para aumentar su duración y cambió el final feliz por uno más dramático.

La compositora tuvo buen ojo a la hora de escoger la historia, ya que se había vuelto muy popular gracias a una película sobre ella de 1940. Pero esta popularidad le jugó una mala pasada, ya que Jiří Julius Fiala había adaptado la misma historia en una opereta poco antes, por lo que los teatros se mostraban reacios a programar Rozmarýnka, la ópera de Vorlová. Finalmente la obra se estrenó el 16 de enero de 1955 en el Teatro Municipal Regional de Kladno. Fue todo un éxito. Tuvo 32 representaciones, todo un hito para un teatro regional. Además, la radio checa hizo una grabación de la ópera folclórica, aunque no llegó a publicarse.

Allegro scherzando de las Miniaturas para clarinete bajo y piano de Sláva Vorlová, por Sebastián Tozzola y Anais Crestin.

Sláva Vorlová

Miroslava Vorlová se crio con música. Su madre cantaba y tocaba el piano, mientras que su padre fue el fundador de una pequeña orquesta comunitaria en Náchod, la ciudad donde vivían. En 1915 se mudó a Praga, donde recibió clases particulares de piano de Václav Štěpán y de composición de Vítězslav Novák. Pocos años después se casó con un empresario y durante la siguiente década renunció a su sueño de ser compositora para ayudarle a levantar el negocio familiar. Una vez la empresa hubo despegado, Vorlová retomó su pasión. En 1933 escribió su primer opus, un cuarteto de cuerda. Completó su formación acudiendo a clases magistrales en el Conservatorio de Praga.

Andante cantabile de las Miniaturas para clarinete bajo y piano de Sláva Vorlová, por Sebastián Tozzola y Anais Crestin.

La música volvió a ser un pilar fundamental en la vida de la compositora. Solo gracias a la música pudo seguir adelante tras presenciar en 1945 la ejecución de su marido a manos de un comando de las SS. Aunque esta experiencia traumática le acompañó durante toda su vida, poco a poco las obras volvieron a brotar. En la música de esta época se puede observar cómo se acentúa el carácter nacionalista checo que acabaría brillando en obras como Rozmarýnka.

Pese a todas las adversidades, Vorlová se graduó en el Conservatorio de Praga en 1948, año en el que comenzaron sus colaboraciones con el libretista Karel Vladimír Hloch. Durante la siguiente década escribió y estrenó obras escénicas y orquestales, incluyendo un número significativo de conciertos. La música de Sláva Vorlová no dejó nunca de evolucionar. Durante la década de 1960 la compositora diseñó su propio método de música serial, que acabó desembocando en algunas de sus mejores obras, como Bhukhar o Esoterica, para flauta y guitarra. E incluso escribió canciones y composiciones jazzísticas bajo el pseudónimo Mira Kord.

Vivace furbesco de las Miniaturas para clarinete bajo y piano de Sláva Vorlová, por Sebastián Tozzola y Anais Crestin.

Referencias:

The Kapralova Society. (Sin fecha). Slava Vorlova. Consultado el 26 de noviembre de 2021. http://www.kapralova.org/VORLOVA.htm

Redacción y edición: S. Fuentes

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Palomitas y partituras

Músorgski: cuadros para Lebowski

En 1998 los hermanos Coen estrenaron El gran Lebowski, una película que narraba las surrealistas peripecias de Jeffresy Lebowski “El Nota”. La cinta fue un fracaso en taquilla en el momento de su estreno, pero rápidamente la opinión del público cambió hasta convertirla en una película de culto. En 2002 comenzó a celebrarse un festival anual para reunir a entusiastas de la película, el Lebowski Fest. Este evento ha recorrido un gran número de ciudades de Estados Unidos, como Los Ángeles, Chicago o Nueva York.

Los reconocimientos a El gran Lebowski no se limitan a los fanáticos de El Nota. En 2014, la película de los Coen fue una de las 25 seleccionadas para ser preservada en el Registro Nacional de Cine, perteneciente a la Biblioteca del Congreso de EE.UU. La banda sonora original de la cinta corrió a cargo del compositor Carter Burwell, un colaborador habitual de los hermanos Coen. Entre las películas a las que Burwell ha puesto música se encuentran títulos como Quemar después de leer, Fargo (ambas dirigidas por los Coen), Tres anuncios a las afueras o Cómo ser John Malkovich.

Para la banda sonora de El gran Lebowski, Carter Burwell recurrió a mucha música preexistente. Desde la versión de los Gipsy Kings de Hotel California hasta Oye cómo va, escrita originalmente por Tito Puente. En el apartado clásico, Burwell recurrió a compositores como Mozart o Modest Músorgski (1839-1881). La obra del compositor ruso escogida fue Cuadros de una exposición. El primer cuadro, Gnomos, se escucha de manera diegética mientras Lebowski, Walter y Donny traman un plan durante un espectáculo de danza.

El gran Lebowski: Gnomos, de Cuadros de una exposición, de Modest Músorgski.

Cuadros de una exposición

Músorgski compuso sus Cuadros en tan solo 20 días. Según contó a Vladímir Stásov en una carta, “no dejaban de ocurrírsele ideas, tantas que apenas las daba escritas”. Esta facilidad para componer era algo inusual en el músico ruso, cuyo proceso compositivo era a menudo muy tortuoso. Músorgski murió —a causa de su alcoholismo— sin ver publicada esta obra. Su testigo lo recogió su compañero y amigo Nikolái Rimski-Kórsakov, que se encargó de editar la partitura. La versión pianística original de Musórgski se publicó en 1886, cinco años después de su muerte.

Promenade, de Cuadros de una exposición, de Modest Músorgski, por la Filarmónica de Berlín.

Desde su publicación, Cuadros de una exposición ha fascinado a muchos músicos, que han hecho incontables versiones de la obra. Una de estas versiones ha llegado a convertirse en la forma habitual de interpretar la composición de Musórgski: la versión orquestada por Maurice Ravel. En 1922 el director Serge Koussevitzky le pidió a Ravel que orquestara los Cuadros, consiguiendo una obra que envuelve la música de Musórgski de la intensidad propia del compositor francés, consiguiendo una mezcla perfecta.

Cuadros de una exposición está basada, como su nombre indica, en una exposición pictórica, la que se dedicó a Víktor Hartmann un par de semanas después de su muerte. El arquitecto y artista era amigo de Músorgski y, al igual que el compositor, murió prematuramente. Un año después de la exposición, el músico ruso comenzó a plasmar musicalmente sus recuerdos de Hartmann. La obra representa al propio compositor caminando por la exposición y observando los cuadros. El hilo conductor de la obra es este paseo, Promenade, que se utiliza varias veces para unir los distintos números. Los cuadros representados son Gnomos, Il vecchio castello, Tullerías, Bydlo, Ballet de polluelos en sus cáscaras, Samuel Goldebnerg y Schmuyle, El mercado de Limoges, Catacumbas, La cabaña sobre patas de gallina y La Gran Puerta de Kiev.

La cabaña sobre patas de gallina y La Gran Puerta de Kiev, de Cuadros de una exposición, de Modest Músorgski, por la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar.

Cada uno de los cuadros tiene su propia historia. Unos son diseños arquitectónicos en los que Hartmann introdujo personajes para indicar a qué escala estaban. Otros son modelos variopintos de disfraces, relojes o cualquier cosa que el artista encontrara en sus viajes. Además de las transcripciones musicales “literales”, Músorgski incluyó algunas composiciones de su propia imaginación, en las que mezcló los elementos de los cuadros con el recuerdo de su amigo. La mayoría de los cuadros de Hartmann se han perdido, por lo que la única forma de conservarlos es a través de la música de Músorgski.


Referencias:

Burrows, V. (2018, 20 de agosto). Chinese-born Du Yun’s Pulitzer-winning

Schwarm, B. (2013). Pictures at an Exhibition. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/topic/Pictures-at-an-Exhibition

Howard, O. (Sin fecha). Pictures at an Exhibition (arr. Ravel). LA Phil. Consultado el 30 de octubre de 2021. https://www.laphil.com/musicdb/pieces/557/pictures-at-an-exhibition-arr-ravel

Houston Symphony. (2019, 26 de octubre). The Quest for Immortality: Mussorgsky’s Pictures at an Exhibition. https://houstonsymphony.org/mussorgsky-pictures/

Redacción y edición: S. Fuentes