Dark es una serie alemana de suspense con elementos de ciencia ficción distribuida por Netflix. La acción transcurre en una pequeña ciudad, Winden, donde las enigmáticas desapariciones de unos niños harán salir a la luz un misterio que ha acechado a la localidad durante años.
Este artículo NO contiene destripes de la serie.
A punto de estrenar su tercera —y última— temporada, queremos prestar atención a su banda sonora. Pero no vamos a centrarnos en la banda sonora original, del australiano Ben Frost, vamos a fijarnos en la música preexistente que utiliza la serie.
La música en Dark es un nexo. Algo que trasciende el tiempo. Algo que unifica las épocas, que acompaña a los personajes sin importar en qué año se desarrolle la acción. Por ejemplo, la canción Irgendwie, irgendwo, irgendwann —estrenada en 1984— suena como despertador de Jonas en 2020.
Entre multitud de canciones que sirven para enmarcar (o desenfocar) cada época, encontramos dos obras de música contemporánea que merecen una mención especial. La primera es Anthracite Fields (2014) de Julia Wolfe (1958). La segunda es la Partita para 8 voces (2012) de Caroline Shaw (1982), que le valió a la compositora norteamericana el Premio Pullitzer de Música.
Partita para 8 voces
La Partita de Shaw es una obra que busca en el anacronismo su identidad, combinando conceptos y formas barrocos con técnicas vocales completamente ajenas al repertorio clásico. Encaja perfectamente con el espíritu de Dark y, de hecho, tiene una importante presencia en la primera temporada, aunque sólo aparezca residualmente en la segunda.
El uso más habitual del término partita como forma es para referirse a suites para un único instrumento. Que Shaw eligiera esta denominación parece indicar su concepción de las ocho voces como un único instrumento, como si fuera un coro o un órgano.

Las suites surgieron en el Renacimiento, pero alcanzaron su máximo esplendor en el Barroco, del que son muy representativas. Eran colecciones de danzas en la misma tonalidad —o en su relativo— que alternaban movimientos lentos y rápidos. En la época era habitual omitir movimientos o combinar danzas de distintas suites. Aunque hay una enorme variedad de danzas, entre las más habituales podemos encontrar la alemanda (allemande), la corrente (courante), la zarabanda (sarabande) o la giga (gigue).
La estructura de la Partita para 8 voces se basa en estas danzas habituales, siendo sus tres primeros movimientos Allemande, Courante y Sarabande. Para finalizar, sustituye la giga por un pasacalle (Passacaglia), una danza rápida de origen español. El movimiento utilizado en la banda sonora de Dark es el tercero, la Courante.
Pese a respetar la estructura de la suite, el lenguaje de Shaw es muy distinto del esperable en una obra barroca (o neobarroca). El amplio abanico de recursos vocales empleados por la compositora es consecuencia del grupo Roomful of Teeth, para el que fue compuesta la Partita. Este grupo ha investigado técnicas vocales de todo el mundo, desde el belting utilizado en Broadway o el canto tirolés hasta el khomei o canto tradicional tuvano.
En la Courante que podemos escuchar en Dark encontramos otra técnica tradicional, el katajjaq o canto de garganta inuit. De hecho, los pasajes de la Partita están basados en una canción de amor inuit. Esta inspiración les supuso a Shaw y Roomful of Teeth acusaciones de exotismo y apropiación cultural ya que, si bien listaban la técnica entre sus recursos, inicialmente no mencionaron el uso específico de esta canción. El grupo y la compositora se disculparon y reconocieron su culpa.
Referencias:
Fuller, D., & Eisen, C. (2001). Partita. Oxford: Oxford University Press. https://doi.org/10.1093/gmo/9781561592630.article.20982
Saulle, J. H., Lefkowitz, David S1, Krouse, Ian, & Saulle, Joshua H. (2019). Vocal Timbre and Technique in Caroline Shaw’s Partita for 8 Voices. eScholarship, University of California.
Wilhoite, M. (2015). Shaw, Caroline. Oxford: Oxford University Press. https://doi.org/10.1093/gmo/9781561592630.article.2277536
Redacción y edición: S. Fuentes