El Quinteto para piano de Adela Maddison (1862-1929) resume a la perfección la vida de su autora. En la obra confluyen influencias del impresionismo francés con melodías británicas e irlandesas. El peso de Fauré y Debussy, sus grandes maestros, y el de su país natal. Aunque la compositora inglesa terminó la obra en 1916, su estreno se retrasó hasta 1920 por culpa de la Primera Guerra Mundial. La crítica de la época ensalzó esta composición, que fue todo un éxito.
Existen muchas incógnitas y dudas sobre la biografía de Maddison. Hay varias teorías sobre su lugar y fecha de nacimiento, pero la idea más extendida es que la compositora nació en Londres. Su familia materna era de origen irlandés, influencia que se puede apreciar en obras como la Irische Ballade (Balada irlandesa, cuya partitura se ha perdido), el ballet sobre la leyenda celta The Children of Lir o la canción The Heart of the Wood. Un dato que sí conocemos con certeza es que en 1883 la compositora se casó con un ex-futbolista que trabajaba para una gran editorial musical.
La pareja trabó amistad con Gabriel Fauré, que había firmado un contrato con la editorial para distribuir sus obras en Inglaterra. Maddison tradujo algunas de las letras del músico francés al inglés y empezó a estudiar composición con él. Este aprendizaje supuso un punto de inflexión para la compositora, que decidió seguir a Fauré cuando este regresó a París, dejando atrás a su marido y a sus dos hijos.
Adela Maddison encajó a la perfección en los círculos musicales parisienses de finales del siglo XIX. Se cree que, pese a llegar hasta allí siguiendo a Fauré, Debussy tuvo un papel igualmente relevante en su formación. Se conservan testimonios de cómo la compositora convenció a George Enescu y a Ricardo Viñes para tocar junto a ella sus propias obras en una velada privada. Un pilar fundamental de este ambiente social era la princesa de Polignac, quien volvería a cruzarse en el camino de Maddison años más tarde.
Una misteriosa mudanza
A mediados de la década de 1900, Maddison se mudó a Berlín, dando por terminada su etapa parisina. Este cambio sorprendió a sus conocidos, ya que la compositora no parecía interesarse por Alemania. La razón de este traslado fue la economista y socióloga Martha Mundt, editora de una revista socialista. Las dos mujeres estaban unidas por una relación sentimental que, contra viento y marea, se prolongó durante el resto de sus vidas.
La música de Maddison se impregnó rápidamente del ambiente musical alemán. Aunque conservó una fuerte influencia impresionista, la compositora empezó a escribir obras de mayor envergadura, como Irische Ballade o la ópera Der Talisman, de la que The Times dijo que era “el primer éxito auténtico de una ópera británica en Alemania”. Todo parecía ir bien para la pareja, pero el estallido de la Primera Guerra Mundial puso fin a su idilio. Intentaron regresar a París, donde Polignac contrató a Mundt como secretaria, pero la tensión entre ambos países hizo insostenible aquel acuerdo.
Maddison regresó a Inglaterra y Mundt se trasladó a Ginebra, donde la compositora la visitaba con frecuencia. Del retorno a la patria de Adela Maddison surgió el Quinteto para piano: una obra de dimensiones germánicas, melodías británicas e ingravidez francesa.
Referencias:
Klein, A. (2010, abril). Adela Maddison (1863-1929) and the Difficulty of Defining an Irish Composer. Axel Klein – Irish Music Research. www.axelklein.de
Edition Silvertrust. (Sin fecha). Adela Maddison – Quintet for Piano and Strings. Consultado el 29 de julio de 2021. http://www.editionsilvertrust.com/maddison-piano-quintet.htm
Hogstad, E. (2018, 13 de junio). Adela Maddison: Forgotten Composer and Fauré’s Mistress (?). Song of the Lark. https://songofthelarkblog.com/2018/06/13/adela-maddison/
Redacción y edición: S. Fuentes