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Una noche en la ópera

Elemental, querido Literes

Cerca del año 1705, la duquesa de Medina de las Torres y marquesa de Toral, María Ana Sinforosa Núñez de Guzmán y Vélez de Guevara, decidió encargar una obra musical para que se estrenara en las celebraciones de su cumpleaños. España se encontraba inmersa en la guerra de sucesión, pero la duquesa y su marido, el duque de Medina Sidonia, ya daban por vencedor a Felipe V, el monarca a quien apoyaban. Por esta razón, la obra se convirtió en una alegoría de la luz que este rey traería cuando resultara victorioso. Para escribir esta música escogieron a uno de los compositores más importantes de la Corte, el mallorquín Antonio de Literes (1673-1747).

Literes había llegado a Madrid de niño, accediendo al Real Colegio de niños cantores y, más tarde, a la Real Capilla con ayuda de Juan Massanet Terrasa. Este último era capellán del rey y músico de la Capilla y procedía del mismo pueblo mallorquín que Literes. Seguramente vio el potencial musical que mostraba el niño e intentó que tuviera una buena formación para sacar partido a su talento. Aunque Massanet le abrió las puertas de la Corte, Literes ascendió por méritos propios y con apenas 20 años ya era violón principal de la Capilla. Llegó a ser tan importante que, tras el incendio del Real Alcázar en 1734, fue uno de los encargados —junto a José de Nebra y José de Torres— de reconstruir la colección perdida con nueva música.

Fragmento de Los elementos, de Antonio de Literes, por Forma Antiqva.

Los elementos

Volviendo al encargo de la duquesa, Literes escribió Los elementos para el evento, una obra que subtituló como “ópera armónica al estilo italiano”. O, al menos, así reza el manuscrito que se conserva. Lo cierto es que la obra no acaba de encajar completamente en esta descripción. Siguiendo la influencia italiana, podría también calificarse de madrigale rappresentativo o de cantata escénica, si atendemos a su carácter alegórico. Sea como fuere, el compositor presentó esta ópera de cámara, escrita para pequeña orquesta y seis cantantes.

Las cantantes, como podría intuirse por el título, encarnan a los elementos: Aire, Tierra, Fuego, Agua; a los que se suman la Aurora y el Tiempo. Siguiendo la teoría del humorismo, cada elemento tiene asignado un temperamento, que Literes usó para dar a los personajes una personalidad propia y marcada. El Aire es sanguíneo, el Fuego colérico, la Tierra melancólica y el Agua flemática.

Fragmento de Los elementos, de Antonio de Literes, por Forma Antiqva.

La ópera comienza en mitad de la noche. Los elementos, que anhelan la vuelta del Sol, comienzan a discutir y batallar, poniendo en riesgo al mundo entero. En ese momento interviene la Aurora, lamentándose por la disputa elemental. El Tiempo decide poner fin al conflicto y pide a la Aurora que elimine la oscuridad de la noche para preparar el retorno del Sol. Finalmente, el astro rey regresa y los elementos recuperan el entendimiento y la alegría. La ópera concluye con los personajes celebrando el orden y la armonía que el Sol ha traído consigo.

La ópera seguramente agradó enormemente a los duques y sus invitados. Además de un envidiable regalo de cumpleaños, consiguieron una obra para enaltecer al nuevo rey, que, como el Sol, debía traer de vuelta el orden tras la contienda.


Referencias:

Capdepón Verdú, P. (Sin fecha). Antonio Literes Carrión. Real Academia de la Historia. Consultado el 15 de abril de 2023. https://dbe.rah.es/biografias/31918/antonio-literes-carrion

Fundación Juan March. (2018). Los elementos, de Antonio de Literes. https://www.march.es/es/madrid/concierto/elementos-antonio-literes

Redacción y edición: S. Fuentes