En la historia de la música han existido multitud de niños prodigio. Durante mucho tiempo se explotó a estos pequeños genios como si fueran atracciones de feria, llevándolos a giras ininterminables en las que los únicos beneficiarios eran sus padres o parientes. Muchos de estos niños eran prodigios de sus instrumentos a edades muy tempranas, pero la mayoría palidecen al compararlos con Dika Newlin (1923-2006). La compositora estadounidense no encajaba en el concepto que habitualmente manejamos de niño prodigio, pero su precocidad y genialidad son innegables y superaron el ámbito de la música.
Se dice que Newlin ya leía con tres años, tocaba el piano con seis y empezó a componer con siete. Sus padres, que eran profesores en la Universidad Estatal de Michigan, consiguieron que fuera admitida en esta institución a los 12 años. Por aquel entonces Newlin ya había estrenado una obra con la Orquesta Sinfónica de Cincinnati: Cradle Song. El director de la orquesta, Vladimir Bakaleinikov, escuchó la composición —originalmente escrita para piano— y quedó tan impresionado que la arregló y programó su estreno. El director pensó que el talento de aquella niña necesitaba de un mentor que estuviera a la altura, por lo que insistió en que Newlin estudiara con el compositor más importante de cuantos se encontraban en Estados Unidos en esa época: Arnold Schoenberg.
Bakaleinikov no conocía personalmente al compositor austriaco, por lo que no había ningún atajo para que Newlin llegara hasta él. La niña tuvo que esperar hasta completar su título en la Universidad Estatal de Michigan para matricularse en la Universidad de California, donde Schoenberg daba clases. Como solo tenía 16 años, Newlin tuvo que viajar a Los Ángeles con su madre para asistir a esta nueva universidad. La joven creció como compositora bajo el amparo del músico austriaco y llegó a convertirse en una experta en su obra. Tanto es así que a los 22 años concluyó su doctorado por la Universidad de Columbia, publicando los resultados del mismo más tarde en el libro Bruckner, Mahler, Schoenberg.
Newlin también perfeccionó su técnica como pianista junto a Artur Schnabel y Rudolf Serkin y, de haberlo deseado, habría podido ejercer como concertista. Siendo una figura destacada en composición, interpretación y musicología, Newlin decidió transmitir sus conocimientos a las generaciones venideras, por lo que escogió dedicarse a la docencia. Dio clases en distintas universidades, como la Universidad Drew o la del Norte de Texas. Intentaba empaparse de las inquietudes y los gustos de sus alumnos, entre los que era muy querida y valorada. También les hacía partícipes de distintas performances que atraían a un gran público, formado principalmente por universitarios —de todas las especialidades, no solo músicos— y hippies.
En 1978 Newlin empezó a dar clases en la Universidad de la Mancomunidad de Virginia. En esta institución algunos de sus alumnos tenían una banda punk llamada ApoCowLypso. La compositora, que siempre había tenido una faceta antisistema que le había costado enfrentamientos con más de un decano, se vio atraída por esta cultura urbana, de la que rápidamente formó parte. Era habitual ver a Newlin durante los años 80 y 90 en Richmond, donde tenía su sede la universidad, vestida de cuero y con el pelo teñido de colores chillones. Gracias a su presencia en la escena punk llegó incluso a participar en películas de terror dirigidas por Michael D. Moore.
Referencias:
Ankeny, J. (Sin fecha). Dika Newlin Biography. AllMusic. Consultado el 11 de febrero de 2023. https://www.allmusic.com/artist/dika-newlin-mn0000215510/biography
Arnold, D. (2017, 19 de junio). Schoenberg’s Punk Rocker: The Radical Transformations of Dika Newlin. New Music USA. https://newmusicusa.org/nmbx/schoenbergs-punk-rocker-the-radical-transformations-of-dika-newlin/
Martin, D. (2006, 28 de julio). Dika Newlin, 82, Punk-Rock Schoenberg Expert, Dies. The New York Times. https://www.nytimes.com/2006/07/28/arts/music/28newlin.html
Redacción y edición: S. Fuentes