Categorías
Notas al programa

Milhaud: El buey sobre el tejado

A diferencia de muchos de sus compatriotas, el compositor Darius Milhaud (1892-1974) no fue llamado a combatir en la Primera Guerra Mundial. Quizás con ganas de ver mundo y ante la negativa de la opción bélica, el músico francés se embarcó en una aventura internacional muy diferente. Entre 1917 y 1919 formó parte de la delegación diplomática francesa en Río de Janeiro. Concretamente, Milhaud era el secretario del embajador en Brasil, Paul Claudel, que además era poeta y dramaturgo. En esta estancia latinoamericana, el músico coincidió también con otro diplomático galo procedente del mundo cultural, el poeta y compositor Henri Hottenot. Tanto Claudel como Hottenot se convertirían en libretistas de algunas de las obras de Milhaud.

Scaramouche (III. Brasileira), de Darius Milhaud, por Michelle Chen Kuo y Christopher Kuo.

Tras regresar a Francia, Milhaud se reunió con un compositor que había vivido los últimos meses de la guerra desde el frente: Francis Poulenc. La dupla se fue ampliando hasta conformar un grupo de seis compositores, del que, además de los ya mencionados Milhaud y Poulenc, formaban parte Georges Auric, Louis Durey, Germaine Tailleferre y Arthur Honegger. El colectivo se autodenominó los “Nuevos jóvenes”, pero pasarían a la historia por el nombre con que les apodó el crítico Henri Collet: Los Seis. El grupo no tenía un estilo común, sino que estaba unido por su admiración a Erik Satie y su rechazo a las corrientes imperantes herederas de, entre otros, César Franck o Claude Debussy. El otro gran elemento de cohesión de Los Seis tenía nombre propio: Jean Cocteau.

Milhaud decidió escribir una obra con algunas de las melodías populares que había conocido en Brasil. Con ellas creó una especie de rondó en el que tenían cabida desde un tango hasta un fado portugués. Originalmente planteó esta composición, que se iba a titular Cinéma-symphonie, como acompañamiento para alguna película de cine mudo, debido a la fascinación que sentía por Charles Chaplin. Cocteau le convenció para que abandonara esta idea, al menos temporalmente, y le cediera la obra para crear un ballet. El polifacético artista trasladó la música de Milhaud a un bar, El buey sobre el tejado, usando el nombre del establecimiento como título para la obra.

El buey sobre el tejado, de Darius Milhaud, por la Orchestre Philharmonique de Radio France.

La historia surgida de la mente de Cocteau fue, cuanto menos, curiosa. La acción del ballet transcurre en Estados Unidos durante la ley seca, que se había aprobado recientemente. En el bar se reúne un pintoresco elenco de parroquianos que abarca desde un corredor de apuestas hasta un enano jugando al billar. Se escucha el silbato de un policía y, alarmados, los clientes y el barman se apresuran a esconder el alcohol y sustituirlo por leche. El policía entra a El buey, donde es decapitado por un ventilador gigante. Finalmente, el agente del orden revive, pero tiene que hacerse cargo de la factura de todos los clientes, que ya se han retirado.

El ballet se estrenó el 21 de febrero de 1920 en la Comédie des Champs-Elysées. En el programa también se incluyeron obras de Poulenc, Auric y Satie. Las perspectivas no eran muy halagüeñas, pero de alguna forma, Cocteau consiguió convencer al conde de Beaumont para que reservara la primera fila y los palcos. El concierto se acabó convirtiendo en un importantísimo evento social al que asistió hasta el sah de Persia. Fue todo un éxito de crítica y público, consagrando a los tres jóvenes miembros de Los Seis involucrados. En 1921 abrió en París un cabaret que el grupo frecuentaba. Su nombre era El buey sobre el tejado.


Referencias:

Glass, H. (Sin fecha). Le Boeuf sur le Toit. LA Phil. Consultado el 15 de junio de 2024. https://www.laphil.com/musicdb/pieces/2200/le-boeuf-sur-le-toit

Hurwitt, E. y Hurwitt, E. (Sin fecha). Le Boeuf sur le toit. Darius Milhaud. Consultado el 15 de junio de 2024. https://dariusmilhaud.org/le-boeuf-sur-le-toit/

Predota, G. (2023, 21 de febrero). The Surrealist Ballet Le Boeuf sur le Toit by Darius Milhaud. Interlude. https://interlude.hk/on-this-day-21-february-darius-milhaud-le-boeuf-sur-le-toit-was-premiered/

Redacción y edición: S. Fuentes

Categorías
Una noche en la ópera

Grandval: la vizcondesa escénica

La compositora francesa Clémence de Grandval (1828-1907) procedía de una familia acaudalada. De hecho, se crio en el Château de la Cour du Bois, un palacete cerca de Saint-Rémy-des-Monts. Sus padres, además de dinero, tenían cierto interés por la cultura, especialmente por la literatura y la música. En el hogar familiar organizaban veladas a las que acudían músicos de la talla de Frédéric Chopin, quien acabaría siendo una gran influencia y fuente de inspiración para Grandval. Otro de los asistentes habituales, el compositor alemán Friedrich von Flotow, se convirtió en el maestro de la joven. También recibió lecciones de canto de Laure Cinti-Damoreau, prima donna de Rossini.

Dos piezas, de Clémence Grandval, por Maria du Toit (clarinete) y Vera Kooper (piano).

Grandval se abrió paso rápidamente en la escena musical parisina, codeándose con músicos de la talla de Saint-Saëns o Berlioz. Sus obras eran programadas, como prueba el concierto de 1851 en el que Berlioz dirigió composiciones de Grandval junto a parte de su Romeo y Julieta. Sin embargo, pese a estos éxitos iniciales, la autora aún era considerada una amateur, dado que no había completado su formación. Para remediar esto, Grandval estudió durante los siguientes años con Saint-Saëns, de modo que el reconocimiento recibido fuera completo. En esta época también se casó con el vizconde de Grandval. Como ya ocurriera con sus progenitores, la autora organizó numerosas veladas en su nuevo hogar que a menudo figuraban en las revistas más relevantes.

Aunque Grandval cultivó distintos géneros musicales, a partir de la década de 1860 dedicó especiales esfuerzos a la música escénica. Sus óperas cosecharon grandes éxitos, aunque también triunfó con otras obras, como su célebre Stabat mater o su Concierto para oboe, que Saint-Saëns incluyó en una gira suya por Europa oriental. Otro ejemplo de la importancia de Grandval en el mundo musical francés fue su Suite para flauta y piano, estrenada por Claude-Paul Taffanel, uno de los flautistas más importantes de la época. La compositora aprovechó su éxito y su elevada posición socioeconómica para apoyar a jóvenes compositores, como acreditan numerosas dedicatorias.

Mazeppa, de Clémence Grandval, varios intérpretes.

En 1879 Clémence de Grandval recibió el Premio Rossini por su oratorio La hija de Jairo. También fue galardonada con el Premio Chartier en 1890 por su producción camerística. La compositora participó activamente en la Sociedad Nacional de Música como autora, cantante y pianista. También fue admitida en la Sociedad de Compositores y fue una de las pocas mujeres recogidas por François-Joseph Fétis en su Biografía Universal de los músicos. El legado de Grandval pervivió durante un tiempo, como denota el uso habitual de su Concierto para oboe en las pruebas de acceso al Conservatorio de París. Pese al reconocimiento que tuvo en vida, la figura de la autora francesa fue cayendo poco a poco en el olvido.


Referencias:

Bru Zane Mediabase. (Sin fecha). Clémence de GRANDVAL. Consultado el 8 de junio de 2024. https://www.bruzanemediabase.com/en/exploration/artists/grandval-clemence

Hugill, R. (2008, febrero). CD Review: Clémence de GRANDVAL – Works for Oboe. MusicWeb. https://www.musicweb-international.com/classrev/2008/Feb08/Grandval_cd98295.htm

Weinberger, A. (2021). Marie Clémence de Grandval. FemBio. https://www.fembio.org/english/biography.php/woman/biography/marie-clemence-de-grandval/

Redacción y edición: S. Fuentes

Categorías
Retratos sonoros

Los admiradores de Szymanowska

Desde muy pequeña Maria Symanowska (1789-1831) —por aquel entonces Marianna Agata Wołowska— dejó claro que sería quien dirigiera su propia vida. Cuando aún no conocía las notas, la pianista polaca ya improvisaba en la espineta en reuniones familiares, llegando incluso a acompañar a su madre cuando esta cantaba. Su educación formal comenzó a los ocho años de la mano de dos maestros locales: Antoni Lisowski y Tomasz Gremm. Symanowska se desarrolló rápidamente como intérprete y en 1810 emprendió su primera gira europea, que le llevaría hasta París. La joven impresionó a Luigi Cherubini, que fue una de las personalidades que acudieron a escuchar a la pianista polaca. Tal fue la admiración que despertó en el compositor italiano, que Szymanowska se convirtió en la dedicataria de la Fantasía en do de Cherubini.

Nocturno en si bemol mayor, de Maria Szymanowska, por Natasha Stokanovska.

De regreso a Polonia, Szymanowska se casó con un rico terrateniente con el que tuvo tres hijos. La compositora continuó con su actividad sobre los escenarios, embarcándose en varias giras por toda Europa. Su marido no lo veía con buenos ojos, por lo que en 1820 el matrimonio se separó. Szymanowska se quedó con sus hijos, a los que sustentó gracias a su incansable labor profesional dando conciertos y clases magistrales. Sus actuaciones, que empezaron siendo recitales privados para personalidades influyentes, se convirtieron poco a poco en conciertos públicos con un gran éxito entre los asistentes. Esta excelente acogida tuvo un efecto secundario que también contribuyó a la estabilidad económica de Szymanowska y su familia: la publicación de muchas de sus obras.

Los hermanos y hermanas de la compositora le ayudaron a organizar sus giras, que cada vez tenían dimensiones mayores. Por ejemplo, entre 1815 y 1820 (cuando aún estaba casada), Szymanowska recorrió Dresde, Viena, Londres, San Petersburgo y Berlín, además de varias ciudades de Polonia. Durante estos viajes, la pianista tejió una tupida red de contactos y admiradores, entre los que se encontraban algunas de las figuras más destacadas de distintos ámbitos culturales y artísticos, como Goethe, Salieri, Paganini o Beethoven. Algunos de estos fans le entregaban poemas, dibujos y partituras dedicadas, llegando a conformar una pequeña colección de estos artículos autografiados.

Polonesa en fa menor, de Maria Szymanowska, por Aleksandra Świgut.

En 1827, tras una gira por Rusia, Ucrania y los países bálticos, Szymanowska se mudó a San Petersburgo, ciudad en la que se instaló de forma definitiva. La pianista era muy apreciada en Rusia desde la primera vez que tocó en el país, siendo admirada incluso por el zar Alejandro I. Las veladas organizadas en la residencia de Szymanowska eran frecuentadas por, entre otros, Mijaíl Glinka o Serguéi Pushkin, padre del escritor Aleksandr Pushkin. La autora polaca compaginó su actividad como maestra, compositora e intérprete, además de aprovechar la estabilidad para volcarse en la educación de sus hijos. Desgraciadamente, Szymanowska murió durante una epidemia de cólera que asoló San Petersburgo durante el verano de 1831.


Referencias:

Culture.pl. (2018, 15 de abril). Maria Szymanowska. https://culture.pl/en/artist/maria-szymanowska

Modern Reveal. (Sin fecha). Maria Anna Szymanowska. Consultado el 1 de junio de 2024. https://www.amodernreveal.com/maria-szymanowska

Zapolska Chapelle, E. (2011). Maria Szymanowska (1789-1831): a Woman of Europe. Société Maria Szymanowska. http://www.maria-szymanowska.eu/kto-to-jest-en?cmn_id=1017&ph_content_start=show

Redacción y edición: S. Fuentes

Categorías
Notas al programa

De Vitry, un burro y el ars nova

Existe un manuscrito medieval que es uno de los grandes tesoros de Francia. Se trata de un romance de unos 5000 versos ilustrado con 77 imágenes y que incluye 169 números musicales. Este lujoso volumen corresponde al Roman de Fauvel o La historia de la bestia de color pardo. La obra original fue escrita por el clérigo Gervais du Bus y publicada en dos volúmenes en 1310 y 1314, respectivamente. Sin embargo, la versión que nos ha llegado a través del manuscrito ilustrado es posterior, de 1318, e incluye una revisión y ampliación del texto, además de los nuevos recursos musicales y pictóricos. La música es de varios autores y épocas, ya que solo algunas piezas fueron compuestas ex profeso para el Roman de Fauvel. Entre estas últimas se encuentran cinco motetes de uno de los más célebres autores medievales: Philippe de Vitry (1291-1361).

No se sabe mucho de los orígenes de de Vitry. Se cree —por el tratamiento de “magister” que recibía— que pudo estudiar en la Universidad de París. Sea como fuere, el compositor, poeta y teórico llegó a ser muy conocido y reconocido en vida, recibiendo elogios de, por ejemplo, Petrarca. Sirvió en la corte a distintos reyes (Carlos IV, Felipe VI y Juan II, por orden cronológico), llegando a ocupar puestos de consejero. También fue canónigo en Clemont, Beauvais y París e incluso sirvió al papa Clemente VI en Aviñón. Esta importante carrera eclesiástica llevó a de Vitry a convertirse en obispo de Meaux en 1351.

Garrit Gallus / In nova fert (del Roman de Fauvel), de Philippe de Vitry, por el Ensemble Project Ars Nova.

Desgraciadamente, muchas de las composiciones de de Vitry se han perdido. Se conservan nueve de sus motetes en el Códice de Ivrea, además de los cinco del Roman de Fauvel previamente mencionados. En este último solo perviven las partes vocales (algo habitual en la música de la época), pero en las ilustraciones del manuscrito se pueden ver instrumentos de cuerda y percusión. Aparte de su música, la influencia de de Vitry se debió en gran medida a uno de sus escritos teóricos: Ars nova musicæ. Este tratado sentó las bases del estilo que pasaría a ser conocido, precisamente, como ars nova, para así distinguirse de la música anterior, ars antiqua.

Una burricie alegórica

El Roman de Fauvel llegó en un momento histórico convulso para Francia. El poema satirizó la situación, poniendo a un burro, Fauvel, al frente del reino. El asno representaba distintos pecados y, de hecho, su nombre está formado por las iniciales en francés de las palabras adulación, avaricia, villanía, veleidad, envidia y cobardía. Fauvel alcanza el poder gracias a los caprichos de la diosa Fortuna. En el poema, el pollino llega a ser adulado por el rey y el papa. El gobierno de Fauvel está marcado por los valores que pronosticaba su nombre, dando lugar a una Francia casi apocalíptica. Para perpetuarse en el poder, el jumento decide pedir matrimonio a la diosa Fortuna, para así asegurarse de no perder su favor. Esta le rechaza, pero le ofrece a cambio la mano de una de sus doncellas: Vanagloria.


Referencias:

Britannica. (Sin fecha). Roman de Fauvel. Consultado el 25 de mayo de 2024. https://www.britannica.com/topic/Roman-de-Fauvel

Sequentia. (Sin fecha). Le Roman de Fauvel. Consultado el 25 de mayo de 2024. https://www.sequentia.org/programs/program12.html

Redacción y edición: S. Fuentes

Categorías
Retratos sonoros

Von Paradis: una pianista visionaria

En la Viena del Clasicismo hubo una figura que convivió y trabó amistad con los grandes genios de la época, aunque su nombre no ha sobrevivido con la misma fuerza que los de Mozart, Haydn y Salieri. Esta olvidada compositora fue Maria Theresia von Paradis (1759-1824). Además de autora, fue una virtuosa de los instrumentos de teclado, algo que la convirtió en dedicataria de algunos conciertos de sus coetáneos. Von Paradis, ciega desde su niñez, se ganó un importante lugar en el mundo musical vienés. A ello contribuyó la excelente formación musical que recibió gracias a la ayuda económica de su madrina, la emperatriz María Teresa. Von Paradis no estaba emparentada con la familia imperial, pero era hija del secretario de la emperatriz, que se encariñó con ella.

Aunque von Paradis desarrolló la mayoría de su carrera en Viena, también realizó giras por Europa, algo muy habitual en los virtuosos de la época. Además de pianista, la compositora había recibido formación como cantante y, de hecho, su debut sobre los escenarios fue con el Stabat Mater de Pergolesi cantando y tocando su propio acompañamiento. La gira más importante de von Paradis duró alrededor de tres años y le llevó a pasar meses en distintas capitales europeas, como París, Londres o Praga. Posiblemente la parada más significativa, al menos en su faceta de intérprete, fuera la británica, ya que tocó para lo más selecto de la sociedad londinense. Entre el público que escuchó a von Paradis se encontraban el rey Jorge III, la reina y el príncipe, el futuro Jorge IV.

Obertura de la ópera Der Schulkandidat (El candidato de la escuela), de Maria Theresia von Paradis, por The Women’s Philharmonic.

Los catálogos de la época recogen numerosas composiciones de la autora austriaca, que incluyen multitud de obras para teclado, pero también óperas y cantatas. Aunque su producción fue significativa, durante mucho tiempo se creyó que era más abultada de lo que en realidad fue. Esto se debe a que se atribuyeron a von Paradis algunas obras del compositor y clavecinista italiano Pietro Domenico Paradies (o Paradisi). La confusión habría surgido por la similitud entre los apellidos de ambos autores. Aparte de este malentendido, existe otra obra cuya atribución a la compositora austriaca se cree que es errónea. Se trata de una Siciliana que se ha convertido en una de las piezas más conocidas de von Paradis, pese a no ser suya. En este caso, la confusión fue generada por el autor de la obra, el violinista Samuel Dushkin, quien afirmó haber descubierto la obra en vez de haberla escrito.

Además de su relevancia como intérprete y creadora, von Paradis desempeñó un importantísimo papel en la creación y adaptación de métodos educativos para las personas invidentes. Cuando estuvo en París durante su gran gira europea, la compositora coincidió con Valentin Haüy, a quien explicó cómo había aprendido música, ayudándole a establecer las bases del Instituto de los Niños Ciegos. De esta institución sería alumno y profesor Louis Braille, creador del sistema que lleva su nombre. Von Paradis no solo ayudó a Haüy en París, también fundó en 1808 su propia escuela para niñas ciegas en Viena. Gracias a la cuantía económica que la compositora legó a este centro, la escuela sobrevivió durante décadas después de que la autora muriera.


Referencias:

De Brito, E. (2022, 3 de noviembre). Composer of the Month: Maria Theresia von Paradis (1759-1824). Women’s Philharmonic Advocacy. https://wophil.org/composer-of-the-month-maria-theresia-von-paradis-1759-1824/

Jeffries, S. (2022, 12 de abril). ‘People were always trying to fix her’: the ‘blind enchantress’ who wowed Mozart. The Guardian. https://www.theguardian.com/music/2022/apr/12/maria-theresia-von-paradis-blind-opera-star-errollyn-wallen-graeae

Penthreath, R. (2020, 29 de octubre). The story of Maria Theresia von Paradis, the blind pianist, singer and composer who inspired Mozart. Classic FM. https://www.classicfm.com/discover-music/maria-theresia-von-paradis-blind-pianist-singer-composer/

Sanz Mengíbar, M. P. (2021, 18 de noviembre). María Teresa von Paradis y su aportación a la musicografía. Universidad de Granada – Estudios de género aplicados a la música. https://blogs.ugr.es/musicaygenero/maria-teresa-von-paradis-y-su-aportacion-a-la-musicografia/

Redacción y edición: S. Fuentes

Categorías
Palomitas y partituras

Los efímeros tríos de Schubert

La película El ansia (The Hunger, 1983), basada en la novela homónima del escritor estadounidense Whitley Strieber, cuenta la historia de una vampiresa y su compañero y cómo ambos lidian con el contraste entre la muerte y la inmortalidad. Este dúo vampírico, Miriam y John Blaylock (encarnados por Catherine Deneuve y David Bowie, respectivamente), tocan el piano y el violonchelo en un trío junto a una niña del vecindario, Alice Cavender. Gracias a este conjunto la música de Franz Schubert (1797-1828) se abre paso en El ansia, convirtiéndose en un elemento de gran importancia. Como curiosidad, se cuenta que Bowie aprendió a tocar el violonchelo para grabar las escenas musicales de la película, aunque la grabación del sonido corrió a cargo de Raphael Wallfisch.

Escena de El ansia donde aparece el Trío para piano n.º 1 de Franz Schubert.

A lo largo de su vida, Schubert escribió cuatro obras para el conjunto representado en la película: violín, violonchelo y piano. Dos de estas obras son sus tríos numerados, el Trío para piano n.º 1 (D. 898) y el Trío para piano n.º 2 (D. 929), a los que se suman su Sonatensatz (D. 28) y su Nocturno (D. 897). Los dos primeros aparecen en El ansia, aunque este no es su único cameo cinematográfico. El segundo de los tríos ha sido utilizado en numerosas obras audiovisuales, incluyendo Barry Lyndon, de Stanley Kubrick, o La pianista, de Michael Haneke. Asimismo, El ansia también extiende su selección musical más allá de los tríos de Schubert, incluyendo, por ejemplo, Lakmé, de Léo Delibes.

Se puede establecer una conexión entre la música para violín, violonchelo y piano de Schubert y El ansia que va más allá de la interpretación diegética de estas obras. Tanto las composiciones como la cinta tienen relación, de uno u otro modo, con la muerte. La película, aparte de la temática de su argumento, fue dedicada por el director, Tony Scott, a su difunto hermano Frank. Ridley Scott, hermano de ambos, también dedicó a Frank uno de sus largometrajes, Blade Runner. Por su parte, Schubert compuso su Sonatensatz tras la muerte de su madre en 1812, cuando el músico apenas tenía 15 años. Desde entonces no volvió a escribir nada para esta formación hasta 1827, en su último año de vida.

Trío para piano n.º 2 de Franz Schubert. Versión de la banda sonora de El ansia, con Howard Shelley, Ralph Holmes y Raphael Wallfisch.

Los tríos numerados de Schubert también tienen una relación temática con el paso del tiempo y lo efímero de la vida. En el Trío n.º 1, el compositor austriaco derivó uno de los temas de la canción Skolie, cuyo texto habla de “deleitarnos con la breve vida de la flor, antes de que su fragancia desaparezca”. En el Trío n.º 2, Schubert se inspiró en una canción sueca compuesta por Isak Albert Berg, cuyo título sería algo así como Ver el sol ponerse. Más allá de las especulaciones que se puedan hacer sobre el contenido de estas dos obras, lo cierto es que son dos joyas de la música de cámara. Robert Schumann decía que conformaban un par perfectamente complementado, siendo el Trío n.º 1 más lírico y el Trío n.º 2 más robusto y enérgico.


Referencias:

Konserthuset Stockholm. (Sin fecha). Schubert’s Piano Trio. Consultado el 11 de mayo de 2024. https://www.konserthuset.se/en/play/schuberts-piano-trio/

outhere Music. (Sin fecha). Schubert: Complete Piano Trios. Consultado el 11 de mayo de 2024. https://outhere-music.com/en/albums/schubert-complete-piano-trios

Redacción y edición: S. Fuentes

Categorías
Notas al programa

Tui St. George Tucker: campamento microtonal

Habitualmente asociamos la flauta de pico a la música antigua. Por esta razón es sorprendente que una de las mayores virtuosas de este instrumento en el siglo XX, Tui St. George Tucker (1924-2004), fuera también una importante compositora de música vanguardista. La autora estadounidense daba cuenta de su habilidad con la flauta en las obras que escribía para este instrumento, en las que incluía multifónicos, microtonalidad y distintas técnicas extendidas. Tucker también escribió música microtonal para instrumentos de teclado. Pese a la presencia de estos sonidos poco habituales en sus obras, la música de la compositora era muy ecléctica y en ella también se podía apreciar la presencia de la tradición antigua de la que procedía instrumentalmente, además de muchas otras influencias muy alejadas entre sí.

Tras graduarse en el Occidental College de Los Ángeles, en su California natal, en 1946 Tucker se trasladó a Nueva York, que por aquel entonces era el epicentro cultural de Estados Unidos. Allí se ganó una gran reputación como intérprete, pero también destacó como compositora y directora. La vida neoyorquina permitió que la autora se empapara de ambientes muy distintos: desde el mundo del jazz hasta la escena underground, de la que llegó a formar parte y donde coincidió con figuras tan destacadas como John Cage o Virgil Thomson. Esta diversidad estilística dotó a su música del gran eclecticismo por el que la identificamos. Una música en la que conviven restos del canto llano con cuartos de tono.

Second Quartertone Lullaby (Segunda nana de cuartos de tono), de Tui St. George Tucker, por Thomas Feng.

A partir de 1947 Tucker empezó a participar en un campamento veraniego en la cordillera Azul de Carolina del Norte, el Campamento Catawba. La compositora ocupaba el puesto de directora musical del mismo, trabajo que desempeñó hasta el cierre del campamento en 1970. Catawba había sido fundado en 1944 por la poeta y educadora Vera Lachmann, quien había llegado a Estados Unidos huyendo de la Alemania nazi. En el campamento, además de las típicas actividades deportivas, se enseñaba a los chavales (era exclusivamente masculino) latín y griego y se les acercaba a clásicos de la literatura como Sófocles, Molière o Chéjov. También tenían ensayos de orquesta y coro a diario, culminando con actuaciones a las que asistían los padres y muchos curiosos de la zona.

El nivel musical de Catawba era bastante alto y, de hecho, varias decenas de los alumnos de Tucker en el campamento llegaron a ser músicos profesionales. Tucker les acercaba a un amplio abanico de autores, que iban desde Bach y Händel hasta algunos de sus contemporáneos estadounidenses. Tras la clausura del campamento, Tucker y Lachmann, que con el tiempo se habían convertido en pareja, siguieron viviendo en los terrenos de Catawba. La poeta falleció en 1985 y legó estos terrenos a la compositora, quien a su vez los cedió —salvo la parcela en la que vivía— a la Blue Ridge Parkway Foundation, una organización encargada de preservar el paraje natural de la cordillera Azul. Tucker permaneció en Catawba hasta su muerte en 2004. Desde allí continuó dirigiendo a grupos locales y escribiendo música para ellos.


Referencias:

Bernieck, J. (Sin fecha). Musik ist mein Zuhause – in ihr lebe ich: Die amerikanische Komponistin Tui St. George Tucker. Consultado el 4 de mayo de 2024. https://www.academia.edu/19789260/Musik_ist_mein_Zuhause_in_ihr_lebe_ich

Green, L. G. (Sin fecha). Lesser-Known Composer of the Month: Brief Sketches: Charlie Poole, Tui St. George Tucker. Florida State University. Consultado el 4 de mayo de 2024. https://guides.lib.fsu.edu/c.php?g=353115&p=2383496

Tui St. George Tucker. (Sin fecha). bios. Consultado el 4 de mayo de 2024. https://web.archive.org/web/20160423032812/http://tuistgeorgetucker.com/bios2.html

Weyhrich, B. (Sin fecha). Tui St. George Tucker. Music By Women. Consultado el 4 de mayo de 2024. https://www.musicbywomen.org/composer/tui-st-george-tucker/

Redacción y edición: S. Fuentes

Categorías
Retratos sonoros

Zhubanova: la gran autora kazaja

Gaziza Zhubanova (1927-1993) es considerada una de las compositoras más relevantes de Kazajistán. No solo su música ocupa un lugar privilegiado entre la producida por los autores kazajos, también fue maestra y referente de las generaciones posteriores. La importancia de Zhubanova va más allá de lo musical y en la actualidad incluso existen calles que llevan su nombre. También se han nombrado en su honor un cuarteto de cuerda y la Filarmónica de Aktobé, la cuarta ciudad más poblada del país. Para celebrar el 95º aniversario de su nacimiento se organizaron actos por todo el país, que llegaron a emplazamientos tan emblemáticos como la Ópera de Astaná.

La compositora kazaja procedía de una familia con cierta tradición musical. Su padre era el compositor, director y musicólogo Akhmet Zhubanov. Con un maestro como este en su hogar, la autora fue admitida en la Escuela Estatal de Música Gnessin de Moscú, un centro de élite fundado en 1895 por tres hermanas pianistas. Tras pasar por esta institución, Zhubanova ingresó en el Conservatorio de Moscú, donde estudió composición con Yuri Shaporin. Una vez concluida esta etapa formativa en Rusia, la autora regresó a Kazajistán y empezó su larga carrera como docente. Zhubanova dio clases en el Conservatorio de Almatý hasta su jubilación (en la actualidad Conservatorio Nacional de Kazajistán).

Cuarteto de cuerda n.º 1, de Gaziza Zhubanova, por el Gaziza Zhubanova State String Quartet.

Por influencia de su padre, Zhubanova tenía un gran interés en el folclore de su país. Desde niña la música tradicional había formado parte de su vida. Tal era su implicación que afirmaba que para los compositores era necesario tener un profundo conocimiento de su folclore y cultura nacional. Este interés se manifestó de distintas formas en su música. La manera más directa fue mediante citas, incluyendo canciones populares en sus obras. También utilizó leyendas kazajas como temas sobre los que componer e incluso añadió un instrumento típico del país, el dombra, en uno de sus oratorios. La música folclórica era un lenguaje tan natural para Zhubanova que hasta lo utilizaba para hablar sobre temas contemporáneos y geográficamente distantes, como hizo en su ballet Hiroshima.

Además del folclore, otro de los grandes pilares de la música de Zhubanova fue la identidad soviética. La compositora recibió la distinción de Artista del Pueblo de la URSS (una distinción superior a la de Artista del Pueblo de la RSS de Kazajistán que recibiera su padre). Los temas soviéticos se pueden apreciar en algunas de sus obras, como el ballet La Tierra, la Luna y el Sputnik o su trilogía sobre Lenin. Esta última colección, formada por el oratorio Lenin y las cantatas Lenin con nosotros y Carta a Lenin, gozó de una enorme popularidad. Zhubanova fue diputada del soviet de la ciudad de Almatý y presidenta de la Unión de Compositores de Kazajistán.


Referencias:

Burns, A. (2021, 20 de mayo). Gaziza Zhubanova ‘String Quartet No.1’: From the Top! Classicalexburns. https://classicalexburns.com/2021/05/20/gaziza-zhubanova-string-quartet-no-1-from-the-top/

Culture Map. (Sin fecha). Regional Philharmonic of Gaziza Zhubanova. Consultado el 27 de abril de 2024. https://culturemap.kz/en/object/oblastnaya-filarmoniya-imeni-gazizy-jubanovoiy

De Brito, E. (2022, 4 de agosto). Composer of the Month: Gaziza Zhubanova. Women’s Philharmonic Advocacy. https://wophil.org/composer-of-the-month-gaziza-zhubanova/

Redacción y edición: S. Fuentes

Categorías
Una noche en la ópera

La ópera quijotesca de Telemann

Quizás el hecho de que Bach no escribiera ninguna ópera podría llevarnos a asumir que este género no era algo importante en la Alemania barroca. Esta hipótesis queda totalmente desmontada si nos fijamos, por ejemplo, en el catálogo de un coetáneo del genio Eisenach: Georg Philipp Telemann (1681-1767). Los dos compositores se conocieron y, de hecho, Telemann fue el padrino de uno de los hijos de Bach, el también compositor Carl Philipp Emanuel. A diferencia de J. S. Bach, Telemann fue un prolífico autor de óperas, con más de 40 títulos de este género en su catálogo. Desgraciadamente, muchas de estas obras se han perdido, aunque nos ha llegado constancia de su existencia.

Don Quijote en las bodas de Camacho (escena 1), de Georg Philipp Telemann, por La Stagione.

La última de las óperas de Telemann fue Don Quijote en las bodas de Camacho (1761). Curiosamente, esta no fue la única obra del compositor centrada en el caballero cervantino. Décadas antes —se cree que entre 1710 y 1715—, el autor había firmado la que se conoce como Suite Don Quijote. A menudo se genera una cierta confusión entre estas dos obras, ya que la ópera no tiene un número de apertura al uso, por lo que muchas veces se utiliza la suite con esta función. También es habitual el intercalado de movimientos aislados de la obra instrumental como interludios en la ópera.

Don Quijote en las bodas de Camacho (escena 2), de Georg Philipp Telemann, por La Stagione.

Don Quijote en las bodas de Camacho plasma una de las aventuras del ingenioso hidalgo, concretamente una perteneciente al segundo volumen de la novela de Cervantes. Sancho y Quijote se topan en su camino con un grupo de pastores muy alborotados. Les cuentan que están celebrando una boda, la unión entre el rico Camacho y la bella Quiteria. Para sorpresa del escudero, la novia no parece estar nada feliz. Los pastores le cuentan que esto se debe a que en realidad ella ama a Basilio, pero al ser pobre no puede casarse con ella. Para sorpresa de los asistentes al festejo, Basilio entra en escena llevado por sus amigos y con una daga ensangrentada en el pecho.

El pretendiente se haya moribundo y como último deseo antes de morir, pide que Quiteria le conceda su mano. Camacho se opone, pero ante el clamor de los asistentes acaba cediendo. El cura bendice a Quiteria y Basilio. Habiendo cumplido su objetivo, el pretendiente se incorpora, retira la daga y descubre que todo era un embuste para conseguir casarse con su amada. Camacho, furioso, intenta vengarse de Basilio, pero Quijote interviene, afirmando que el Cielo les ha unido. Camacho y su gente abandonan el evento, dejando a los novios y los héroes cervantinos festejar la unión y dar cuenta del banquete que tenían preparado.

Suite Don Quijote, de Georg Philipp Telemann, por Ars Lyrica Houston.

La obra de Telemann en muchas ocasiones recibe la denominación de ópera-serenata. Esto se debe a que en su estreno fue interpretada, en vez de representada. El libreto de la ópera corrió a cargo de Daniel Schiebeler, quien originalmente concibió la obra como algo más cercano al teatro y al singspiel. Cuando le ofreció el texto a Telemann, el compositor lo aceptó, pero realizó varios cambios en el planteamiento de la ópera, abandonando el título original de Basilio y Quiteria en favor del que ha llegado hasta nuestros días. La razón de que la obra no se estrenara en una versión completamente representada se debe a que por aquel entonces no había en Hamburgo ningún teatro de ópera en funcionamiento, tras el cierre en 1738 de la Oper am Gänesmarkt, donde Telemann había estrenado muchas de sus obras previas.


Referencias:

Anderson, N. (Sin fecha). Telemann Don Quichotte. Gramophone. Consultado el 20 de abril de 2024. https://www.gramophone.co.uk/review/telemann-don-quichotte

Edgar, S. y Rosenberg, J. (Sin fecha). Don Quichotte auf der Hochzeit des Comacho by Georg Philipp Telemann. Haymarket Opera Company. Consultado el 20 de abril de 2024. https://www.haymarketopera.org/don-quichotte-auf-der-hochzeit-des-comacho

Fiorella Spadone. (Sin fecha). Argumento de la ópera “Don Quichotte auf der Hochzeit des Comacho” de Georg Philipp Telemann. Consultado el 20 de abril de 2024. https://www.fiorellaspadone.com.ar/operas/argumentos/don-quijote-en-las-bodas-de-comacho.html

Redacción y edición: S. Fuentes

Categorías
Retratos sonoros

Soublette y la música antigua

Hija de una pianista y cantante y nieta de una pianista y compositora, Syilvia Soublette (1923-2020) procedía, sin duda, de un linaje de mujeres vinculadas a la música. No es de extrañar que la artista chilena acabara siendo compositora y cantante, pero a estas vocaciones heredadas sumó las de directora y gestora cultural. Soublette comenzó su formación musical en Viña del Mar, donde el periodista y compositor Federico Heinlein se convirtió en su maestro de teoría musical, pero también de literatura y filosofía. Estos primeros estudios se complementaron con lecciones de canto recibidas de Alina Piderit, que comenzaron en 1939.

Soublette demostró su precocidad cuando en 1941 fundó el Coro Femenino Viña del Mar. Esta agrupación tuvo tanto éxito que poco después tuvo que crear una contraparte masculina, ligada a la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, en la que la compositora daba clases. Finalmente, estos dos coros se unieron en el coro mixto de la universidad. Tras esta primera —y exitosa— experiencia que ya aunaba interpretación, dirección y gestión, Soublette se trasladó a la capital chilena, Santiago, para estudiar en el Conservatorio Nacional. Allí se formó con Domingo Santa Cruz y Clara Oyuela, especializándose en contrapunto, fuga y composición. Una vez se graduó en la institución capitalina, la autora emprendió un nuevo viaje formativo, que en esta ocasión la llevaría a Francia. En el Conservatorio de París perfeccionó su técnica de la mano de Darius Milhaud y Olivier Messiaen.

Misa Romana, de Sylvia Soublette, por la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil de Chile.

De regreso a Chile, Soublette emprendió una nueva aventura musical, confundando en 1960 junto a Juana Subercasseaux el Conjunto de Música Antigua de la Pontificia Universidad Católica de Chile. La música antigua se había convertido en la gran pasión de la compositora, tanto en sus facetas de intérprete y directora como en la de gestora. La creación de este grupo supuso todo un hito, ya que anteriormente solo había otro conjunto dedicado a este repertorio en toda Sudamérica. La agrupación se convirtió rápidamente en un referente con proyección internacional, como demostraron sus giras por Europa. Tal era la calidad de esta formación que, tras un concierto en Madrid, la prensa conservadora llegó a afirmar que “Chile, con elegante naturalidad, sin pedantería, puede darnos lecciones de buen europeísmo”.

Con la llegada de la dictadura militar comandada por Pinochet, Soublette se vio obligada a exiliarse de su patria, ya que estaba casada con un exministro de exteriores, perteneciente al gobierno inmediatamente anterior a Allende. En un primer momento se trasladó a Nueva York, pero acabó instalándose en Venezuela. Allí creó junto a José Antonio Abreu el conjunto de música antigua Ars Musicae. En 1981, con Chile aún bajo el yugo de Pinochet, Soublette regresó a su país. Siguiendo su pasión por la música antigua, participó en la creación del Centro Musical San Francisco, que tenía por objetivo promover la investigación y difusión de la música del pasado iberoamericano. También contribuyó al nacimiento de la Corporación Cultural Instituto de Música de Santiago.


Referencias:

Basáez Rodríguez, V. (Sin fecha). Sylvia Soublette: Compositora, música, gestora cultural y pedagoga. Enciclopedia de Mujeres en el Arte. Consultado el 13 de abril de 2024. https://www.emaenciclopedia.cl/creadoras/musica/sylvia-soublette/

De La Sotta, R. (2020, 30 de enero). Adiós a Sylvia Soublette, pionera de la música antigua en la UC. Instituto de Música. https://musica.uc.cl/noticias/adios-a-sylvia-soublette-pionera-de-la-musica-antigua-en-la-uc/

Memoria Chilena. (Sin fecha). Sylvia Soublette (1922-2020). Biblioteca Nacional de Chile. Consultado el 13 de abril de 2024. https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-92954.html

Soto Lagos, X. (2020). Sylvia Soublette Asmussen (Antofagasta, 5 de febrero de 1923-Santiago, 29 de enero de 2020). Revista musical chilena, 74(234), 235-236. https://dx.doi.org/10.4067/S0716-27902020000200235

Redacción y edición: S. Fuentes